Las películas sobre líderes históricos suelen provocarme dos sensaciones muy concretas, y "Michael Collins" no ha sido una excepción. La primera es cierto distanciamiento hacia el protagonista, a quien la película de turno suele ensalzar desproporcionadamente como un héroe intachable entregado a la causa de su pueblo y empujado, casi siempre en contra de su voluntad, a la lucha armada como única vía para alcanzar "la libertad". "Michael Collins" y "Braveheart", curiosamente ambas pelis sobre líderes que lucharon contra la pérfida Inglaterra, son un claro ejemplo de lo que digo.

En segundo lugar, se activa mi escepticismo sobre los hechos históricos representados, estando uno mismo además muy escarmentado de la manipulación mediática que vivimos a diario. Estos films toman el punto de vista del protagonista, y lo hacen casi siempre de una forma absolutamente desequilibrada e incluso diría que tendenciosa. Es muy infrecuente encontrar una película del género biográfico dirigida al gran público donde los personajes no sean toscos estereotipos que prácticamente obliguen al espectador a ponerse del lado del héroe, cuyas motivaciones son siempre honestas y nobles, frente a unos enemigos que apenas muestran rasgos de humanidad y cuya principal misión es aniquilar al héroe y a su pueblo sin que sepamos en absoluto qué les empuja a ello.