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Voto de Carlos_:
8
5,0
3.471
Thriller. Drama
La cándida Reese Witherspoon es Nicole Walker, una niña bien que se enamora de un sospechoso novio (Mark Wahlberg) que, tras sus atenciones iniciales, resulta ser de lo más celoso. Un "atracción fatal" versión adolescente que en Estados Unidos funcionó bastante bien en taquilla. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2015
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que algunos encontrarán esta película muy floja, y que les parecerá similar a uno de esos tele-film que ponen en TV después de comer. Es cierto que no tiene efectos especiales, ni una fotografía espectacular; pero, en verdad, es una película más que digna. El guión es simple, pero está bien hecho. Los actores están correctos y bien dirigidos. “Pasión Obsesiva” es un film de bajo presupuesto que solo pretende ser lo que es; lo cual es muy de agradecer en unos tiempos en los que muchas películas quieren aparentar ser más de lo que son.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
“Pasión Obsesiva” se centra en describir la personalidad de un psicópata adolescente (Mark Wahlberg), experto en las artes de la seducción. Encantador cuando quiere enganchar a los otros y, sorpresivamente, violento cuando sus víctimas no hacen lo que a él le interesa. A lo largo de la película, podemos ver como este hábil manipulador logra seducir a una inocente chica adolescente (Renne Witherspoon), y como intenta dominarla y poseerla como si de un objeto se tratara. Interesado solo en satisfacer sus propios deseos egocéntricos, el psicópata sin conciencia, no dudará en tratar de eliminar a todo el que se interponga en su camino. Está claro que el guionista Christopher Crowe (“El último mohicano”) solo pretende transmitir un mensaje sencillo; pero el caso es que lo hace de forma correcta y efectiva.
Un joven Mark Wahlberg interpreta al psicópata manipulador, de forma convincente. El actor protagonista de CSI, William L. Petersen, hace lo propio en el papel de padre protector. Podemos ver también a unas jovencísimas Alyssa Milano y Renne Witherspoon. A destacar la escena en la que Alyssa Milano provoca, en plan Lolita, al padre de la protagonista, ante la mirada perversa del psicópata.
Ambientada en Seattle, el director James Foley nos regala, además, con la inclusión de bonitas imágenes panorámicas de la ciudad a lo largo de todo el film. La música, compuesta por el prolífico Carter Burwell, tiene un tema central sencillo, pero muy adecuado para la historia. En la banda sonora nos encontramos también con una preciosa versión de la canción “Wild Horses”, (de los Rolling Stones), hecha por el grupo “The Sundays”.
En resumen, estamos ante una película digna, hecha con profesionalidad, que solo pretende advertir acerca del peligro que supone caer en la red de un psicópata manipulador. Abstenerse los amantes de los efectos especiales y de las grandes superproducciones. Y, por cierto, el director (James Foley) hace un trabajo soberbio con la cámara. Todos los planos están medidos con escuadra y cartabón (como le gustaba a Hitchcock). Un trabajo mucho mejor de lo que cabría esperar en una película de bajo presupuesto, como esta.
Un joven Mark Wahlberg interpreta al psicópata manipulador, de forma convincente. El actor protagonista de CSI, William L. Petersen, hace lo propio en el papel de padre protector. Podemos ver también a unas jovencísimas Alyssa Milano y Renne Witherspoon. A destacar la escena en la que Alyssa Milano provoca, en plan Lolita, al padre de la protagonista, ante la mirada perversa del psicópata.
Ambientada en Seattle, el director James Foley nos regala, además, con la inclusión de bonitas imágenes panorámicas de la ciudad a lo largo de todo el film. La música, compuesta por el prolífico Carter Burwell, tiene un tema central sencillo, pero muy adecuado para la historia. En la banda sonora nos encontramos también con una preciosa versión de la canción “Wild Horses”, (de los Rolling Stones), hecha por el grupo “The Sundays”.
En resumen, estamos ante una película digna, hecha con profesionalidad, que solo pretende advertir acerca del peligro que supone caer en la red de un psicópata manipulador. Abstenerse los amantes de los efectos especiales y de las grandes superproducciones. Y, por cierto, el director (James Foley) hace un trabajo soberbio con la cámara. Todos los planos están medidos con escuadra y cartabón (como le gustaba a Hitchcock). Un trabajo mucho mejor de lo que cabría esperar en una película de bajo presupuesto, como esta.