Drama carcelario de gran intensidad, que hace que las dos horas y poco más que dura se te pasen en un momento, lo cual suele ser síntoma de que uno está ante una buena película. Comparto por ello la opinión del circuito cinéfilo que ha galardonado a esta película con varios premios.

Malik El Djebena, es un joven árabe francés condenado a seis años, que comienza a vivir los duros días que le esperan en una prisión francesa. No tiene a nadie que le ayude ni fuera ni dentro y desde el primer momento sufre la violencia de los otros presos. Pero Malik aprenderá rápidamente las reglas de la prisión y pronto se integrará como una especie de chico de los recados dentro de la mafia corsa, que es la que manda en la prisión. Poco a poco irá ascendiendo en el organigrama mafioso. La ventaja de Malik es que aún que entra sin saber escribir ni leer en la cárcel, tiene una extraordinaria capacidad de adaptación que le permitirá aprender, sobrevivir, y aprovecharse de los cambios que van ocurriendo en la prisión.

Hay escenas de gran carga narrativa que desde luego quedan grabadas en nuestras retinas, como en las que Malik practica intentando mantener una gillette dentro de la boca o su relación con su jefe corso. Destacable la música, y el cuidado con el que está rodadas algunas imágenes, que reivindican que en el fondo es una película donde Jacques Audiard ha querido dejar una importante huella personal.

No deja tampoco de ser una dura crítica del sistema carcelario donde la rehabilitación de los presos es más bien pobre, y la violencia y la compra-venta de drogas, es el día a día en la vida carcelaria del joven Malik. Donde se muestra que el mismo sistema de prisiones o está corrupto o presenta una cruda ceguera a lo que ocurre en el interior de sus muros.