Película para Netflix del director de la correcta La Enviada del Mal (2015), y que si una característica la define es la sutileza.

Lily (Ruth Wilson), una enfermera muy asustadiza, entra a vivir en una casa llena de secretos. Su trabajo es atender a una escritora de novelas de terror muy desmejorada.

No nos encontramos ante una cinta de terror convencional, tal y como entendemos hoy en día, apostando claramente por crear una atmósfera malsana y una tensión in crescendo, no consiguiendo esto último, ya que la voz en off de la protagonista nos da a entender el final de la película desde el minuto uno, por lo que no costará demasiado saber cómo se va a desarrollar la trama. En su primera mitad, la cinta se muestra, aunque bien realizada, muy aburrida, dando una sensación de estancamiento bastante importante que sí se palia en su segunda parte cuando la cinta coge algo de ritmo y vemos alguna escena contada que nos causa mala espina, en especial en su clímax que personalmente consiguió sacarme un escalofrío.

Con buenas actuaciones y bien realizada, pero haciéndose aburrida en general y saboteándose a ella misma, esta película no se puede recomendar y queda algo justa, aunque he de reconocer que no me disgustó para nada.

-Nota personal: 5/10

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