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Voto de apagaYvamonos:
8
7,3
85.343
Romance. Drama
En una residencia de ancianos, un hombre (James Garner) lee a una mujer (Gena Rowlands) una historia de amor escrita en su viejo cuaderno de notas. Es la historia de Noah Calhoun (Ryan Gosling) y Allie Hamilton (Rachel McAdams), dos jóvenes adolescentes de Carolina del Norte que, a pesar de vivir en dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable, antes de ser separados, primero ... [+]
6 de marzo de 2010
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
**Prólogo**
“Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. El que tenga esas tres cosas, que le dé gracias a Dios”.
**Meollo** (o mea tú si quieres)
Vamos a ver… salud… bueno, lo que más se le parece a tener salud en mi caso es una prima-hermana, “Saludica” la llamamos. Dinero… ando tan escaso, que no asocio dicha palabra a poseer sumas monetarias, yo lo asocio mucho más a solicitar el nombramiento del nombre (valga la “rebundanbian”) del programa “graba-pelis” (di Nero). Y amor… sí bueno, si tirarse a una “amor-fa” que huele “amor-cilla” se considera amor, tengo un huevo. Por lo que, en lugar de dar gracias a Dios, mejor me cago en su reputísima madre.
Dicho lo cual, he de decir que algo ha cambiado en mí desde la pasada noche… Me hallaba “reponchiflao” en mi cómodo sofá tritura-vértebras, haciendo zapping frenéticamente como si, gracias al paso fulgurante de canales, pudiera lograr que las bazofias que estaban retransmitiendo fuesen a terminar antes de tiempo, o avanzando hasta los últimos, como si fuesen a emerger nuevas cadenas de la nada con una programación decentemente soportable. En una de esas estériles intentonas, visualizo el despertar de unos títulos de crédito: “El diario de Noa”.
Ignorante de mí no vuelvo a cambiar, entre otras razones porque acababa de “escamochar” el mando contra la esquina del salón, al estilo frontón, golpeando primero en una pared y luego en la otra, reduciéndolo a mierdecillas de plástico negro… y bueno, hubiera podido cambiar desde la tele, pero joder, sólo la cara de la Esteban en la pantalla lograría levantarme de “Quasimodo” (así llamo cariñosamente a mi sofá) cuando he logrado encontrar la postura menos tortuosa para mi salud (y no estoy hablando de mi prima).
Clavo mi desmoralizada mirada en la caja mágica con escasas expectativas pero con una ligera esperanza de ver algo “movidito”, porque soy de esos tíos que juzgan a las películas por el título, y las pocas que he visto en las que aparece la palabra “diario” en su nombre, han tenido algo interesante: “Diario de un rebelde”, joven chulesco y drogata, más o menos como yo a esa edad; “Diario de Bridget Jones”, rubia a la que me tiraría (hay pocas rubias a las que no me tiraría, no soy escrupuloso en cuestión de alimentar a mi “blackandecker”); “Diario de un skin”, una puta mierda, pero las pelis de skins me gustan más que ver el teletienda; “Diario de un escándalo”, una profe a la que le van los “yogurines”, ¿a qué cimbel con patas no le pone eso cachondo?; “Diario de una ninfómana”, pa’ qué hablar…
(¡¡No cuento ná de la peli en el spoiler!!)
“Tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. El que tenga esas tres cosas, que le dé gracias a Dios”.
**Meollo** (o mea tú si quieres)
Vamos a ver… salud… bueno, lo que más se le parece a tener salud en mi caso es una prima-hermana, “Saludica” la llamamos. Dinero… ando tan escaso, que no asocio dicha palabra a poseer sumas monetarias, yo lo asocio mucho más a solicitar el nombramiento del nombre (valga la “rebundanbian”) del programa “graba-pelis” (di Nero). Y amor… sí bueno, si tirarse a una “amor-fa” que huele “amor-cilla” se considera amor, tengo un huevo. Por lo que, en lugar de dar gracias a Dios, mejor me cago en su reputísima madre.
Dicho lo cual, he de decir que algo ha cambiado en mí desde la pasada noche… Me hallaba “reponchiflao” en mi cómodo sofá tritura-vértebras, haciendo zapping frenéticamente como si, gracias al paso fulgurante de canales, pudiera lograr que las bazofias que estaban retransmitiendo fuesen a terminar antes de tiempo, o avanzando hasta los últimos, como si fuesen a emerger nuevas cadenas de la nada con una programación decentemente soportable. En una de esas estériles intentonas, visualizo el despertar de unos títulos de crédito: “El diario de Noa”.
Ignorante de mí no vuelvo a cambiar, entre otras razones porque acababa de “escamochar” el mando contra la esquina del salón, al estilo frontón, golpeando primero en una pared y luego en la otra, reduciéndolo a mierdecillas de plástico negro… y bueno, hubiera podido cambiar desde la tele, pero joder, sólo la cara de la Esteban en la pantalla lograría levantarme de “Quasimodo” (así llamo cariñosamente a mi sofá) cuando he logrado encontrar la postura menos tortuosa para mi salud (y no estoy hablando de mi prima).
Clavo mi desmoralizada mirada en la caja mágica con escasas expectativas pero con una ligera esperanza de ver algo “movidito”, porque soy de esos tíos que juzgan a las películas por el título, y las pocas que he visto en las que aparece la palabra “diario” en su nombre, han tenido algo interesante: “Diario de un rebelde”, joven chulesco y drogata, más o menos como yo a esa edad; “Diario de Bridget Jones”, rubia a la que me tiraría (hay pocas rubias a las que no me tiraría, no soy escrupuloso en cuestión de alimentar a mi “blackandecker”); “Diario de un skin”, una puta mierda, pero las pelis de skins me gustan más que ver el teletienda; “Diario de un escándalo”, una profe a la que le van los “yogurines”, ¿a qué cimbel con patas no le pone eso cachondo?; “Diario de una ninfómana”, pa’ qué hablar…
(¡¡No cuento ná de la peli en el spoiler!!)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Yo me tenía por un tío rudo, con menos delicadeza que una pastera de hormigón, un tío más chungo que follarse a Carmen de Mairena con un condón de alambre de espino, un tío al que llamaban “sin-timientos” por carencia de sentimientos… Pues bien… al cabo de dos horas hállome compungido, lloricoso, “jeloukítico”, “jesusvazqueciano”, “teletubéico”… y demás símiles blandengues… Había descubierto un yo emocionalmente mariposón oculto en mi carcasa tocinera… No podía creérmelo… Tan desconcertado estaba, que lo primero que pensé fue en echarle las culpas al alcohol… “seguro que es porque voy borracho”, intentaba autoconvencerme…
“¡Coño!”, exclamé repentinamente con un ánimo renovado, “si no he bebío ná en tól día” (¡ya decía yo que se me olvidaba algo!). Así que era eso joder… ¿cuánto tiempo hace que no veía una película sobrio? Pues si he visto alguna, no me acuerdo… Es más, creo que llevo cerca de una década sin pasar un día sobrio… ¡Qué susto me llevé! ¡Pensaba que iba a quedarme “amanerao” pa’ “tós” los restos!
Pero por suerte, todo en esta vida tiene solución, por lo que no os preocupéis, queridos colegas, no penséis que a partir de ahora “apagaYvamonos” se va a convertir en un amanerado crítico enamoradizo, educado, agradable y risueño… a Dios pongo por testigo, que no tendré ni salud, ni dinero, ni amor, pero no pienso perder mi irreverente mala hostia ni mi desvergonzado y oscuro sentido del humor, por lo que ahora mismo voy a alzar mi asqueroso culo, voy a ponerme los primeros harapos que encuentre, llamaré al Remi, que siempre supone un estímulo a la hora de darle al alpiste, iremos al bar del Ignacio, y voy a endosarme tal “mojaina”, ¡que no habrá ningún resquicio de “El diario de Noa” en mi cabeza para jamás de los jamases!
Aunque… ya que mañana no recordaré nada de la preciosa película, y posiblemente no vuelva a experimentar tales sensaciones “sanvalentinescas”, voy a despedirme escuchando una canción que me he descargado esta mañana ilegalmente de Internet…
**Epílogo bochornoso** (las siguientes frases en inglés fueron cantadas por –aYv- en falsete al estilo “Bee Gees”, abrazado a un cojín rosa recién comprado)
…”You, darling I love you. Oh, I'll always, I'll always love youuuuuuu”…
“¡Coño!”, exclamé repentinamente con un ánimo renovado, “si no he bebío ná en tól día” (¡ya decía yo que se me olvidaba algo!). Así que era eso joder… ¿cuánto tiempo hace que no veía una película sobrio? Pues si he visto alguna, no me acuerdo… Es más, creo que llevo cerca de una década sin pasar un día sobrio… ¡Qué susto me llevé! ¡Pensaba que iba a quedarme “amanerao” pa’ “tós” los restos!
Pero por suerte, todo en esta vida tiene solución, por lo que no os preocupéis, queridos colegas, no penséis que a partir de ahora “apagaYvamonos” se va a convertir en un amanerado crítico enamoradizo, educado, agradable y risueño… a Dios pongo por testigo, que no tendré ni salud, ni dinero, ni amor, pero no pienso perder mi irreverente mala hostia ni mi desvergonzado y oscuro sentido del humor, por lo que ahora mismo voy a alzar mi asqueroso culo, voy a ponerme los primeros harapos que encuentre, llamaré al Remi, que siempre supone un estímulo a la hora de darle al alpiste, iremos al bar del Ignacio, y voy a endosarme tal “mojaina”, ¡que no habrá ningún resquicio de “El diario de Noa” en mi cabeza para jamás de los jamases!
Aunque… ya que mañana no recordaré nada de la preciosa película, y posiblemente no vuelva a experimentar tales sensaciones “sanvalentinescas”, voy a despedirme escuchando una canción que me he descargado esta mañana ilegalmente de Internet…
**Epílogo bochornoso** (las siguientes frases en inglés fueron cantadas por –aYv- en falsete al estilo “Bee Gees”, abrazado a un cojín rosa recién comprado)
…”You, darling I love you. Oh, I'll always, I'll always love youuuuuuu”…