Redescubrir películas de Disney que vi en la infancia, 20 tantos años después de verlas por primera vez, es toda una experiencia. Y en esta ocasión, decidí volver al origen, al génesis de Disney, a la obra que marco el comienzo de la magia que aun, casi 90 años después, perdura.

Es increíble la frescura y lo bonita que se ve una película de animación de 1937, como ya he dicho, casi 90 años después. No estuve el día que se estrenó, como es lógico, pero tuvo que ser una autentica revolución lo que Walt Disney creó en su momento. Entiendo su enorme éxito y despegue de su compañía de cine en su camino en el cine de animación.

La película se resumen con una sola palabra: hermosa. Desde los paisajes, los animales del bosque y, por supuesto, la dulce e inocente Blancanieves ♥. Y animaciones con dulzura y cariño. Los enanitos no dejan de dar momentos chistosos y la Reina malvada rezuma una estupenda maldad en cada escena que aparece. Un coctel super sencillo que es disfrutable tantísimos años después.

Es bonito pensar que es una película que, probablemente, los que la hemos visto en un momento u otro de nuestra vida, ha marcado a varias generaciones, todos los que estamos vivos hoy en día, y seguirá haciéndolo.

Por eso creo que se merece un 10 de nota. Una película que (y repito por tercera vez) en tres años alcanzará su 90º aniversario y es increíblemente disfrutable y se ha conservado magníficamente.

Gracias Walt Disney por comenzar este camino que aun continua, aunque ya no estés, con una película tan hermosa como Blancanieves y los Siete Enanitos ♥