En Japón deben estar un poco locos. La premisa que rige esta película es: si eres joven pórtate bien o si no te envio a una isla para que te mates entre tus compañeros de curso. Al principio, por cierto, cuesta no confundirse con tanta cara parecida, pero eso no es problema porque muy rápido se van eliminando a través de balazos, cuchillos, hachazos, bombas, flechas e instrumentos afines. Hay escenas, tal vez sin querer serlo, muy entretenidas, por ejemplo: cuando todas las escolares se derriten por la belleza inefable del alfeñique insulso del protagonista. Por supuesto que lo narrado en el film no ocurre en la realidad, pero constituye, como un grito en medio de la noche, una interesante advertencia respecto a qué comportamiento desean los adultos respecto de la juventud.
Síntesis: Gran historia. Entretenida, pero no apta para gente que al pincharse un dedo y ver sangre salé disparada al hospital más cercano.