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Voto de Opinator:
7
Acción Tang Lung (Bruce Lee) llega a Roma para ayudar a una amiga de la familia, Chen Ching Hua (Nora Miao), amenazada por unos gangsters locales que quieren apropiarse de su restaurante. Poco después de la llegada de Tang, los criminales irrumpen en el restaurante con la intención de obligar a Chen a firmar la venta de su propiedad. Después de que se burlen del estilo de combate de su país natal, un furioso Tang reta a los matones y les ... [+]
9 de abril de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al contrario que su hijo Brandon, Bruce Lee era un artista marcial antes que un actor. Si tenemos en cuenta además que esta película es en realidad la más personal y la primera en la que podemos ver algo de Jeet Kune Do, no es de extrañar que su valor como documento sea muy superior a la calidad cinematográfica de la cinta. Si bien es cierto que en el sentido fílmico deja que desear, os aseguro que el interés que tiene esta película para ser visionada por un artista marcial es de 10 (y de 11 si fuera posible). Muy por encima de cualquier otra producción del género, me atrevería a decir.

Chuck Norris se abrió paso en el cine gracias a esta película, pero lleva toda la vida escocido absurdamente por ella. Siempre le quita importancia a la paliza que se lleva como ficción que es, lo cual no me parece mal. Lo gracioso es que en cuanto tiene oportunidad asegura que él, como campeón de Kárate, habría ganado a Bruce en la vida real (un poco pueril el tío). Por otro lado, los que hemos tenido la suerte de entrenar con alumnos de Bruce Lee, y sentimos la potencia en los golpes de un pequeño hombre menudito como era el ya anciano Ted Wong, nos hacemos una idea de hasta dónde puede llegar la fantasmada de Chuck. Quizá lo que más le fastidia sea que la filosofía del Jeet Kune Do cuestionaba todo lo que en definitiva el personaje de Chuck Norris representaba (arte marcial rígido, etc), y es por eso que el combate tiene un valor ilustrativo tan interesante. Vemos a Bruce Lee poniendo en práctica sus teorías y desarrollando su propia versión del JKD, o lo que él denominaba Jun-Fan Jeet Kune Do.

Con todo lo anterior, queda claro que el combate del Coliseo en sí mismo es memorable y le da puntos de alguna forma como película, pero se hace imposible que toque el cielo filmográfico con ese guión, esas actuaciones y todo lo demás. Sin embargo, podemos ser algo condescendientes con sus trabajos de la época. Pues hay que tener en cuenta que este tipo de cine estaba en pañales (Bruce Lee fue un gran innovador, y eso cuenta). Además, en las décadas siguientes, Hong Kong tuvo que dar grandes saltos cualitativos. Hasta no hacía mucho, la referencia allí era la ópera china, y sus interpretaciones resultan especialmente chocantes para el público occidental. Incluso lo que se hace actualmente arrastra algo de eso, porque es otra cultura en el sentido amplio. A veces conviene contextualizar para apreciar mejor el valor de una obra.

¿Qué aportaba su modo de entender las artes marciales a la acción? ¿Qué es eso de la forma sin forma? ¿Qué hace especial a "El Furor del Dragón"? Para que lo entendamos todos: Aquí alcanza su cénit la desaparición de las coreografías acartonadas y por pasos (en plan movimiento-para, movimiento-para...) tan antinaturales y que tantas veces hemos visto. Aquí se intenta transmitir la fluidez viva de un combate real y, teniendo en cuenta eso, entran también factores como el cambio de ritmo, juego de pies, la adaptación, etc. Por cierto, para los más jóvenes decir que aquí encontrareis la inspiración del Marshall Law de Tekken, el Fei Long de Street Fighter, y donde se vieron por primera vez algunos de sus movimientos en una pantalla y que ahora forman parte de la cultura universal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Opinator
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