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Voto de Carlos Muelas:
9
5,4
74.207
Fantástico. Acción
Tercera entrega de las aventuras del joven Peter Parker (Maguire). Parece que Parker ha conseguido por fin el equilibrio entre su devoción por Mary Jane y sus deberes como superhéroe. Pero, de repente, su traje se vuelve negro y adquiere nuevos poderes; también él se transforma, mostrando el lado más oscuro y vengativo de su personalidad. Bajo la influencia del nuevo traje, Peter se convierte en un ser egoísta que sólo se preocupa por ... [+]
9 de mayo de 2007
10 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, al entrar en filmaffinity me he llevado una gran sorpresa; tenía la certeza de que me toparía con críticas mucho mejores con respecto a la película. Si bien es algo infantil y estúpida, pero sólo comparándola con el cine de muy alto nivel. Francamente, creo que la mayoría de las críticas han sido demasiado crueles y han olvidado que es Spider-man, esto es, una película de superheroes, y que es cine comercial, puro espectáculo y entretenimiento. Su intención no es conmover al público o sumirlo en una gran reflexión sobre el sentido de la vida o qué demonios es "Rosebud": su intención es estretener y está claro que lo consigue con creces. Es más, demasiado profunda es para su género, y me llevo alguna que otra moraleja de la película. "Por muy fuerte que sea el poder que te corroa, siempre tienes la opción de hacer el bien, y escoger la elección correcta" que la cita no es muy freudiana, estoy de acuerdo, pero, insinsto, es Spider-man ¡por el amor de Dios!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El guión de Sam Raimi resulta fascinante y perfecto, donde en una sola película Parker se enfrenta a tres grandes villanos, dos de ellos desvillanizados al final. El cóctel de géneros y emociones en una sóla película hace de esta entrega la mejor de la saga, y espero que no la última.
Gracias, Sam Raimi, por esos cinco euros tan bien empleados y esas dos horas y media de metraje, fugazmente entretenidas.
Gracias, Sam Raimi, por esos cinco euros tan bien empleados y esas dos horas y media de metraje, fugazmente entretenidas.