Haz click aquí para copiar la URL
Voto de micatarsisparticular:
8
Drama Harvey Milk, el primer político abiertamente homosexual elegido para ocupar un cargo público en Estados Unidos, fue asesinado un año después. A los cuarenta años, cansado de huir de sí mismo, Milk decide salir del armario e irse a vivir a California con Scott Smith. Una vez allí, abre un negocio que no tarda en convertirse en el punto de encuentro de los homosexuales del barrio. Milk se convierte en su portavoz y, para defender sus ... [+]
18 de enero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia política de los Estados Unidos, un claro ejemplo de progreso y modernidad democrática desde su creación, ha estado marcada por idealistas y visionarios que, a pesar de haber hecho avanzar socialmente a su patria como a ninguna otra, terminaron salvajemente asesinados por sus propios conciudadanos. Este factor perenne en la leyenda negra norteamericana no hace más que evidenciar que el país más avanzado del mundo, tiene en ocasiones un terror abismal al cambio. Para su desgracia, la democracia estadounidense ha germinado en ocasiones regada por la sangre de mártires que perecieron en la defensa de causas nobles, pero muy impopulares en su época. A los Lincoln, Kennedy o Luther King, se les podría unir sin reparos Harvey Milk, un malogrado político californiano que aún a precio de su propia vida, luchó con talento y perseverancia en defensa de los derechos de los homosexuales. Esta cruzada ganada a medias, sigue aún luchándose hoy en día no sin polémica y duras discrepancias, por lo que el arrojo de Van Sant a la hora de defender la causa exige aún en este recién estrenado 2.009, cierto arrojo y valentía. Apoyado en grabaciones reales, el cineasta crea un retrato verosímil, sensible y conmovedor de este carismático e idealista político al que interpreta de manera genial un inspirado Sean Penn. Las aclamaciones al actor, una vez más, son del todo merecidas, pero no es este el único intérprete en estado de gracia dentro de esta Milk. Hirsch, Franco, Luna, Garber, Brolin… todos ellos parecen haberse contagiado del entusiasmo de Penn, protagonizando un continuo pique de talento en el que el mayor recompensado es el público. Milk es, a pesar de algunos perdonables excesos melodramáticos, una gran película política y un nuevo alegato a favor de la igualdad de derechos de todos los ciudadanos que conviven en una democracia. Y una demostración más de que la libertad, como el agua, siempre encuentra un camino por muy altas que sean las barreras.
micatarsisparticular
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow