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España España · GRANADA
Voto de FRANCISCO:
8
Romance. Drama Años veinte. Kitty (Naomi Watts) es una joven inglesa de la alta sociedad que, para huir de un ambiente familiar opresivo, se casa con Walter (Edward Norton), un prometedor médico. El matrimonio se traslada a Shangai, donde Kitty tiene una aventura con un norteamericano (Liev Schreiber). Cuando Walter descubre la infidelidad de su esposa, decide trasladarse con ella a una de las regiones más remotas de China, para intentar luchar contra ... [+]
16 de junio de 2008
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El encuentro es una suerte de eventualidad impostada y caprichosa, lacerante a veces, estimulantes siempre. No serán los diálogos estremecidos y confidentes el arma fulgente de aquel en su día joven estudiante de medicina, biógrafo de Giacomo Meyerbeer, si bien lo contado y no dialogado abre puertas al milagro de la especulación del lector. Quiérase que Norton abordó con inusitada vergüenza la vuelta al mundo clásico. No se acobardó ante algo ya visitado y comenzó un viaje áspero y emocionante. Su mirada interior es idéntica a la distante de su ojos. Frialdad para algunos se apodera de la obra, para otros como yo la transporta en silencio, sin estridencias, como en una vieja carreta en donde las emociones son auténticas y donde el paisaje protege a sus hijos, tornándose vigilante y hermoso, mostrándose majestuosamente humilde. Si la naturaleza nos acuna, la transformación vital se hace presente de manera rigurosa y creíble, cimentada en ese talento formidable de sus intérpretes. Ellos nos conducen veraces por sus desdichas, miradas alejadas, falsos odios en un recorrido hacia el encuentro. La frivolidad y el castigo conviven en un combate marcado por la distancia, ajenos a la capacidad de perdón y admiración que entran en escena como sanadores de pecados. La mirada distante se torna confidente, la frialdad se postula lasciva y el terco silencio se transforma en voz amiga. Su clasicismo hoy es tildado de trivial, su lentitud se convierte para otros en inapetencia fílmica, yo esbozo una sonrisa. Perdida en el tiempo recupera la ausencia de malicia y se enfrenta a un mundo donde sus bondades caen el el olvido.
FRANCISCO
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