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España España · La Solana
Voto de Raul:
9
Animación. Fantástico. Drama Basada en un cuento popular japonés anónimo del siglo IX, "El cortador de bambú". La historia comienza cuando una pareja de ancianos campesinos encuentra a una niña diminuta dentro de una planta de bambú, y deciden adoptarla como si fuera su hija. Pasan los años, y rápidamente se convierte en una hermosa mujer pretendida por muchos hombres poderosos. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2022
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Maravillosa y espectacular obra del autor de la magnifica "La tumba de las luciérnagas". El crescendo final y la belleza, tanto de la historia, como de la propia animación la sitúan, a mi parecer, dentro de la selecta obra del Studio Ghibli, y eso es decir mucho.

"El cuento de la princesa Kaguya" cuenta la historia de un ser sobrenatural que es enviado a la Tierra. Un cortador de bambú se la encuentra en el bosque a partir de un brote. Tras la sorpresa inicial, el cortador y su mujer la cuidan como si de una hija se tratase. Su asombroso crecimiento, los juegos con los otros niños de la aldea, su primer amor, la sencillez y alegría que dominan la vida en la naturaleza son los elementos que tejen su rápida infancia.
Pero todo se trunca cuando el cortador, obsesionado con la idea de que ella solo será feliz siendo educada como una elegante princesa, decide abandonar la vida en la montaña y trasladarse a la ciudad.

Con la pérdida de la inocencia y de la alegría por el simple placer de existir, la princesa se va sumiendo poco a poco en la tristeza, vacía de su verdadera esencia y desprovista de razones que den sentido a su vida.
La vida en la capital, como princesa, es triste, falsa, anodina y carente de imaginación y fantasía. Takahata insiste una y otra vez en mostrarnos como una alta educación, convierten a una persona llena de vida en un cadáver. Magistrales las escenas en las que "Kaguya" se revela contra su institutriz.
A pesar de todo, la princesa nunca pierde su rumbo y su fuerza y poco a poco va tomando consciencia de quién es y de su propósito en la Tierra, metáfora brillante del despertar de la conciencia individual humana.
Los esforzados y nobles pretendientes, con sus agasajos y sus promesas, no consiguen engañar a una conciencia pura e inocente.

El tramo final, de una tristeza conmovedora, se convierte en una lección de dramatismo, fantasía e imaginación, y como reza el título de esta crítica, en un espectacular canto al amor verdadero.

Con una animación expresionista, apenas vista en la cinematografía del estudio nipón, el film de Takahata se convierte en un festín para los sentidos, destilando belleza por los cuatro costados.

No se la deben perder.
Raul
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