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Voto de CousIand:
8
4,6
3.945
Terror
Nica (Fiona Dourif) está destrozada tras el terrible suicidio de su madre. Su hermana mayor Barb (Danielle Bisutti) regresa a su casa para ayudarle en este duro trance, trayéndose con ella a su hija pequeña, quien posee un muñeco parlante llamado Chucky que llegó misteriosamente por correo. A medida que una serie de brutales asesinatos comienzan a aterrorizar a la familia, Nica sospecha que Chucky puede ser la clave del derramamiento de ... [+]
9 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al margen de si convencieron más o menos, es un hecho que las dos entregas que precedieron a Curse of Chucky cambiaron muchas cosas en la saga y la convirtieron en una comedia más que en un slasher al uso. El creador de Chucky y director de Seed of Chucky, Don Mancini, debió pensar que quizá había ido demasiado lejos con ese cambio o que simplemente era hora de volver a hacer del muñeco pelirrojo lo que era en sus inicios. Y con esta premisa nace una película cuyo nivel de calidad no había visto desde la original.
Nica Pierce es una joven que padece parálisis en las piernas y vive en una mansión junto a su madre. Un día recibe un paquete sin destinatario con un muñeco Good Guy en su interior, y esa misma noche, su madre aparentemente se suicida. El resto de la familia acude a la mansión para acompañar y apoyar a Nica en su pérdida, así que los ingredientes para que dé comienzo la matanza están servidos. A partir de entonces empieza a distinguirse uno de los mayores aciertos de la película, pues el film se toma su tiempo para mostrar a Chucky en plena acción. Hasta entonces, los sucesos ocurren de forma más sutil: el muñeco cambia de posición o habla a solas con la niña, y se respira verdadera tensión en algunas escenas. Los personajes, a excepción de Nica, son bastante olvidables, pero cumplen y resultan lo bastante creíbles como para que no supongan un estorbo dentro este logrado ambiente.
Una vez el muñeco revela su verdadera naturaleza, Chucky se muestra implacable e impone respeto al mantener un tono más serio que en las dos entregas anteriores, aunque conserva un cierto toque de humor negro que nunca le ha sentado mal. El tétrico escenario de la mansión ayuda a crear esta sensación, dando una mayor presencia al asesino y reforzando el horror que viven sus víctimas. Además, una banda sonora notable acompaña los momentos álgidos del metraje; especialmente el tema principal, que tiene mucha personalidad y fácilmente podría emplearse como el principal de la saga. Los asesinatos no abundan en cantidad, pero son bastante originales y con unos niveles nada desdeñables de gore.
Por otra parte, la nueva apariencia de Chucky presenta problemas; no sólo por un diseño del muñeco Good Guy que no convenció a muchos, sino porque su rostro cambia repentinamente entre planos, a veces en la misma escena, y la sensación es extraña. Por suerte, llegado cierto punto se mantiene en uno en concreto que es además el mejor animado. Otro problema en relación a esto es que en algunos momentos (muy contados, eso sí) se recurre a las CGI para el movimiento de Chucky, lo cual da demasiado el cante.
Si bien en un principio podría pensarse incluso que se trata de un remake dada la ausencia de nexos con anteriores entregas, la continuidad respecto al resto de la saga acaba por mostrarse y se deja bien claro que aquí ninguna película está fuera del canon (de hecho hay un guiño muy original hacia Bride y Seed of Chucky). Pero la cinta va más allá, conectando durante el tramo final a Nica y su familia con el pasado del asesino Charles Lee Ray, narrándose a modo de flashback acontecimientos que ocurrieron antes de Child's Play 1. La sensación de que es una historia sacada de la manga difícilmente podía evitarse, pero el mayor problema es que lo que se cuenta implica un cierto cambio en el perfil criminal de Charles que no acaba de encajar con lo que se sabía de él hasta el momento. A pesar de ello, globalmente sigue siendo un punto a favor que se le dé un sentido argumental a esta serie de asesinatos con hechos que ocurrieron cuando Chucky todavía era humano. Esto, sumado a las referencias a anteriores entregas, le dan una coherencia a la cinta que la hace más interesante.
El final, por su parte, se aleja de los convencionalismos del slasher y es bastante más crudo de lo que podría esperarse. Aún así, todavía quedan varias escenas antes de ver los créditos. En ellas se suceden varios cameos de algunos de los personajes más queridos de la saga, pero al ocurrir de una forma quizá demasiado precipitada, determinados acontecimientos y la conexión entre ellos no quedan del todo claros. Habría que esperar a la secuela para que se nos explicara todo lo que pasó en esos últimos compases del film.
Curse of Chucky es un slasher sólido, con buen ritmo y un buen puñado de sorpresas reservadas. Lejos de olvidar su legado o tomarlo como algo secundario, le rinde tributo y al mismo tiempo se esfuerza por encontrar su sitio dentro de la saga. Difícilmente podría imaginar una reconciliación mejor con los fans que deseaban que volviera a hacerse del muñeco pelirrojo lo que era en sus inicios.
Nica Pierce es una joven que padece parálisis en las piernas y vive en una mansión junto a su madre. Un día recibe un paquete sin destinatario con un muñeco Good Guy en su interior, y esa misma noche, su madre aparentemente se suicida. El resto de la familia acude a la mansión para acompañar y apoyar a Nica en su pérdida, así que los ingredientes para que dé comienzo la matanza están servidos. A partir de entonces empieza a distinguirse uno de los mayores aciertos de la película, pues el film se toma su tiempo para mostrar a Chucky en plena acción. Hasta entonces, los sucesos ocurren de forma más sutil: el muñeco cambia de posición o habla a solas con la niña, y se respira verdadera tensión en algunas escenas. Los personajes, a excepción de Nica, son bastante olvidables, pero cumplen y resultan lo bastante creíbles como para que no supongan un estorbo dentro este logrado ambiente.
Una vez el muñeco revela su verdadera naturaleza, Chucky se muestra implacable e impone respeto al mantener un tono más serio que en las dos entregas anteriores, aunque conserva un cierto toque de humor negro que nunca le ha sentado mal. El tétrico escenario de la mansión ayuda a crear esta sensación, dando una mayor presencia al asesino y reforzando el horror que viven sus víctimas. Además, una banda sonora notable acompaña los momentos álgidos del metraje; especialmente el tema principal, que tiene mucha personalidad y fácilmente podría emplearse como el principal de la saga. Los asesinatos no abundan en cantidad, pero son bastante originales y con unos niveles nada desdeñables de gore.
Por otra parte, la nueva apariencia de Chucky presenta problemas; no sólo por un diseño del muñeco Good Guy que no convenció a muchos, sino porque su rostro cambia repentinamente entre planos, a veces en la misma escena, y la sensación es extraña. Por suerte, llegado cierto punto se mantiene en uno en concreto que es además el mejor animado. Otro problema en relación a esto es que en algunos momentos (muy contados, eso sí) se recurre a las CGI para el movimiento de Chucky, lo cual da demasiado el cante.
Si bien en un principio podría pensarse incluso que se trata de un remake dada la ausencia de nexos con anteriores entregas, la continuidad respecto al resto de la saga acaba por mostrarse y se deja bien claro que aquí ninguna película está fuera del canon (de hecho hay un guiño muy original hacia Bride y Seed of Chucky). Pero la cinta va más allá, conectando durante el tramo final a Nica y su familia con el pasado del asesino Charles Lee Ray, narrándose a modo de flashback acontecimientos que ocurrieron antes de Child's Play 1. La sensación de que es una historia sacada de la manga difícilmente podía evitarse, pero el mayor problema es que lo que se cuenta implica un cierto cambio en el perfil criminal de Charles que no acaba de encajar con lo que se sabía de él hasta el momento. A pesar de ello, globalmente sigue siendo un punto a favor que se le dé un sentido argumental a esta serie de asesinatos con hechos que ocurrieron cuando Chucky todavía era humano. Esto, sumado a las referencias a anteriores entregas, le dan una coherencia a la cinta que la hace más interesante.
El final, por su parte, se aleja de los convencionalismos del slasher y es bastante más crudo de lo que podría esperarse. Aún así, todavía quedan varias escenas antes de ver los créditos. En ellas se suceden varios cameos de algunos de los personajes más queridos de la saga, pero al ocurrir de una forma quizá demasiado precipitada, determinados acontecimientos y la conexión entre ellos no quedan del todo claros. Habría que esperar a la secuela para que se nos explicara todo lo que pasó en esos últimos compases del film.
Curse of Chucky es un slasher sólido, con buen ritmo y un buen puñado de sorpresas reservadas. Lejos de olvidar su legado o tomarlo como algo secundario, le rinde tributo y al mismo tiempo se esfuerza por encontrar su sitio dentro de la saga. Difícilmente podría imaginar una reconciliación mejor con los fans que deseaban que volviera a hacerse del muñeco pelirrojo lo que era en sus inicios.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Si antes mencioné la parálisis de Nica fue porque no es ningún detalle menor. Se le saca provecho en varios momentos, como cuando Chucky clava un hacha en su pierna y ella no siente dolor o para hacer las persecuciones más tensas al desplazarse ella en silla de ruedas.
La escena de la cena familiar es tensa como pocas he visto en una película de este tipo. Sabes que uno de esos platos está intoxicado y alguien morirá, pero es que encima hay varias falsas alertas para engañar al espectador.
La forma en la que que Barb descubre que Chucky no es un simple muñeco, arrancándole a tiras la piel pegada que ocultaba las cicatrices que tenía desde Bride of Chucky, me parece genial. Una de los mejores momentos de la película que además establece un nexo con dos entregas de las que había motivos para dudar sobre si entrarían dentro del canon.
Siempre imaginé a Charles Lee Ray como un delincuente que robaba y mataba sin ningún remordimiento, no como un secuestrador que crea la ilusión de tener una familia con la víctima. Tampoco se profundiza demasiado en la historia, así que quizá para él era una especie de "juego" (ya que incluso provoca la parálisis de Nica rajando la barriga de su madre embarazada), pero al menos la impresión que da no casa demasiado bien con lo que se sabía hasta el momento de la psique del personaje.
El cameo de Jennifer Tilly, escena degollando a un policía incluida (muy buen guiño), es un caramelito para los fans. Y lo mismo se puede decir de la aparición de Alex Vincent como un adulto Andy Barclay en la escena final, disparando a Chucky con una escopeta. También me parece un buen detalle que se recuperara el conjuro vudú con Alice, que hasta ese momento no había aparecido en todo el metraje.
La escena de la cena familiar es tensa como pocas he visto en una película de este tipo. Sabes que uno de esos platos está intoxicado y alguien morirá, pero es que encima hay varias falsas alertas para engañar al espectador.
La forma en la que que Barb descubre que Chucky no es un simple muñeco, arrancándole a tiras la piel pegada que ocultaba las cicatrices que tenía desde Bride of Chucky, me parece genial. Una de los mejores momentos de la película que además establece un nexo con dos entregas de las que había motivos para dudar sobre si entrarían dentro del canon.
Siempre imaginé a Charles Lee Ray como un delincuente que robaba y mataba sin ningún remordimiento, no como un secuestrador que crea la ilusión de tener una familia con la víctima. Tampoco se profundiza demasiado en la historia, así que quizá para él era una especie de "juego" (ya que incluso provoca la parálisis de Nica rajando la barriga de su madre embarazada), pero al menos la impresión que da no casa demasiado bien con lo que se sabía hasta el momento de la psique del personaje.
El cameo de Jennifer Tilly, escena degollando a un policía incluida (muy buen guiño), es un caramelito para los fans. Y lo mismo se puede decir de la aparición de Alex Vincent como un adulto Andy Barclay en la escena final, disparando a Chucky con una escopeta. También me parece un buen detalle que se recuperara el conjuro vudú con Alice, que hasta ese momento no había aparecido en todo el metraje.