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España España · West Coast
Voto de Dabi:
8
Drama Charlie, un director de teatro neoyorquino y su mujer actriz, Nicole, luchan por superar un proceso de divorcio que les lleva al extremo tanto en lo personal como en lo creativo. (FILMAFFINITY)
6 de diciembre de 2019
57 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia de un matrimonio es la undécima película de Noah Baumbach, un cineasta que ya fue nominado al Oscar a mejor guion original en los 2000 con Una historia de Brooklyn y que explotó en la escena mumblecore de principios de esta década con Frances Ha. Es un tío que lleva décadas dedicándose al cine pero que, tal vez por el carácter de sus historias, su tono ligeramente pretencioso y sus sensibilidades indies, siempre se ha mantenido bastante alejado del radar de Hollywood.

Historia de un matrimonio es su segundo proyecto con Netflix, y desde su proyección en el Festival de Toronto se ha posicionado como una de las candidatas más potentes de la temporada de premios, pero yo, a pesar de eso, me he acercado a la película con bastante cautela. Aunque he disfrutado la mayoría de los trabajos que he visto de Baumbach (siendo Mistress America una excepción), siempre ha habido algo en ellos que me ha mantenido alejado emocionalmente, un aura de superficialidad, de postureo bohemio y excentricidad artificiosa que me impedía conectar con los personajes. Por suerte, en Historias de un matrimonio este ramalazo hipster que a veces me resultaba algo molesto ha desaparecido por completo.

Historias de un matrimonio es un trabajo cargadísimo de honestidad. Nada me resulta impostado, todo fluye, y como consecuencia, entro de cabeza desde el principio. El guion es íntimo, humano, los personajes son enormemente cercanos y sus interacciones, genuinas. Baumbach, inteligentemente, pone todo su empeño en mostrarnos todas las aristas de este matrimonio roto. No dulcifica la testarudez de Charlie y Nicole ni sus desastrosas ramificaciones, pero su mirada siempre es empática. No sacraliza ni demoniza a ninguno de los dos, que habría sido el recurso fácil. A menudo te frustran, pero siempre los entiendes.

La compleja relación entre ellos trae consigo multitud de posibilidades temáticas que Baumbach explora con habilidad: Historias de un matrimonio habla del amor olvidado, moribundo, pero a pesar de todo, vivo, latente bajo capas y capas de frustración y resentimiento; habla de las consecuencias de anteponer tus prioridades a las de tu pareja o a las de tu hijo; habla de lo mucho que se puede erosionar una relación amigable durante un proceso de divorcio, especialmente cuando le das demasiada cancha a un abogado despiadado y un sistema burocrático codicioso y lleno de agujeros; habla de anteponer el trabajo a la familia y de anteponer la familia al trabajo; de lo poco que importan todas las virtudes que escribas en una carta cuando, a pesar de todas ellas, los años han acabado por agotar los vínculos emocionales… Todos temas bien hilados y tratados con mucha sensibilidad. Cuando llegan los golpes emocionales, funcionan, y duelen, y los momentos cómicos están integrados con naturalidad y a menudo son divertidísimos. La escena de la navaja, por favor.

Pero la mayor baza de Historias de un matrimonio está en sus actuaciones. Creo sinceramente que varias escenas de esta película se proyectarán en escuelas de interpretación durante años, y sé que suena hiperbólico, pero es que madre mía. Scarlett Johansson está inmensa. Nunca pensé que fuera una mala actriz, pero jamás me imaginé que pudiera regalarnos una interpretación de semejante calibre, tan conmovedora y tan veraz. Y Adam Driver, si es posible, está aún mejor. La tristeza en su mirada, su contención, sus explosiones de rabia, todo funciona al milímetro. Laura Dern arrasa y se hace con cada escena en la que aparece. Alan Alda y Ray Liotta deslumbran en sus apariciones breves. En un 2019 que nos ha venido cargado de elencos sensacionales (El irlandés, Puñales por la espalda, Parasites, Dolor y gloria…), Historia de un matrimonio tal vez sea la película mejor actuada del año.

Al lado de un guion tan sólido y de interpretaciones tan magníficas, la fotografía tal vez sea el aspecto menos destacable, pero aun sin ser espectacular, me parece más que acertada. Tanto Baumbach como su director de fotografía (Robbie Ryan, quien ya hizo un trabajo fantástico hace tan solo un año en La favorita de Lanthimos) son precisos y austeros, y no se andan con florituras. Bergman está muy presente, tanto temática (Secretos de un matrimonio es un referente claro) como visualmente (Persona ha sido mencionada en algunas críticas, y con razón, pero también hay más de un momento que me lleva directamente a Fanny y Alexander), y aunque Historia de un matrimonio nunca alcance las cotas de excelencia del maestro sueco, sí que es capaz de utilizar con efectividad la narrativa visual en multitud de escenas. Abundan los colores cálidos. Baumbach confía en el talento de sus actores y sabe cuándo mantener los primeros planos fijos, en más de una ocasión durante secuencias de relativa extensión, y la cámara tambén se guarda bajo la manga algún que otro contrapicado muy bien empleado. La banda sonora, cortesía del veterano Randy Newman, también funciona a las mil maravillas, y encaja bien con la historia.

En definitiva, el nuevo trabajo de Baumbach me parece más que notable, y en mi opinión, muy superior a Kramer contra Kramer (con la que comparte similitudes argumentales más que evidentes) y solo ligeramente inferior a la ya mencionada Secretos de un matrimonio. Me habría gustado que equilibrara algo mejor el tiempo que se le dedica a Charlie y a Nicole (me da la sensación de que él, tal vez por ser el que menos encaja en el nuevo statu quo, acaba siendo bastante más protagonista que ella), pero esta es la única pega importante que le puedo poner. Por lo demás, me parece una película brillantemente interpretada, compleja, cautivadora, tierna, de ritmo pausado pero seguro y desenlace verosímil, triste y esperanzador al mismo tiempo. Historia de un matrimonio es desde ya una de mis favoritas del año, y sin duda el mejor trabajo de su director. Recomendadísima.

Calificación: Imprescindible
Dabi
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