Una historia acerca de una familia irlandesa que vive en una constante crisis e inmersa en la indecisión de quedarse o irse de su ciudad originaria. De la visión (aquí en blanco y negro) de Kenneth Branagh, con guión del mismo, se aprecian variopintos personajes adheridos a Belfast, una plácida ciudad de Irlanda del Norte que se cubre de turbulencia y escándalo por la llegada inmediata e insoslayable de ataques bélicos, consecuencias de dos escenarios político-sociales: protestantes y católicos.

El conflicto, que traspasa los límites de su familia y la atraviesa en cuestiones de trabajo del padre y situaciones de la madre, envuelve a un pequeño niño (a través del magnífico debutante Jude Hill) y lo condiciona en su esfera social para vivir día a día. Aun así, a pesar de convivir recurrentemente con los problemas de la sociedad y los asuntos familiares que discuten a menudo, su ciudad natal, para él, nunca olvida su encanto. Reúne a sus queridos abuelos, a sus enamoramientos escolares, a su pasión por el arte, como el cine y el teatro, enfrascándolo en algo que lleva consigo siempre a la felicidad.

Resulta una espectacular narración de una trama simple y conmovedora. Llega a los corazones sentimentales de aquellos que aman su lugar de procedencia, sus cunas, las cuales generan emociones fuertes a la hora de recordarlas. Más teniendo en mente la posición del niño, e instantáneamente trayendo a la mente la escuela donde estudiamos, las personas de quienes nos enamoramos, el cariño por nuestros padres que estaban allí en todo momento (o cuando más podían) y el amor fraternal e inabarcable hacia nuestros tiernos abuelos, que nos enseñan con sus sabias oraciones tremendas lecciones de vida.
De eso trata “Belfast”, a grandes rasgos, rescatando lo que expone el director para llevarlo a algo mucho más personal y propio de mí como espectador y persona. Lo que Branagh cuenta es único y diferenciador, porque acude a su vida, pero puede marcar claras similitudes con cualquiera de nosotros. Y eso la hace brillante, por su capacidad de reflexión y demostrar lo primordial para un joven en sus días de infancia, omitiendo, como puede, la guerra, en este caso.

Sobresalientes interpretaciones de todo el elenco, destacándose Caitríona Balfe y Judi Dench, ésta última impecable. La fotografía es genial y el guión de lo mejor. La música acompaña con excelencia y la ambientación de una sacudida ciudad de los 60 es muy loable.

Calificación: 9