Grandiosa producción bajo el mando del gran Sebastian Borensztein, con un destacado reparto, protagonizada por unos excelentes Marcelo Mazzarelo y Gastón Pauls.

Narra los desafortunados y afortunados sucesos, más específicamente, varios momentos de la vida, de Felipe, un actor perseverante que es atormentado por la inesperada llegada de una supuesta “mala suerte” o “mufa”, que también afecta a los que lo circundan, y Guillermo, un empleado que es despedido de su puesto y queda a la deriva, descubriendo un nuevo gusto de pura casualidad. Los dos bastante distanciados, serán conectados por el padre enfermo de ambos que requerirá de algo en especial, lo cual los hermanos tendrán que conseguir.

La historia presentada comienza como una simple y tradicional comedia costumbrista, pero cambia paulatinamente aquello por algo mucho más complejo, entretenido, maravilloso y genial. El guión es de lo mejor, con escenas magníficas, y poseedor de secuencias con breves apariciones de reconocidos actores o actrices que son espectaculares. La dirección extraordinaria, dinámica, atrapante y súper atenta de Borensztein convierte al film en un gran producto, con un argumento bien explorado, buenas vueltas de trama y profundización en temas comunes con inteligencia y maestría. Todo el elenco cumple plausiblemente con sus grandes actuaciones (impecable Claudio Rissi con un monólogo estupendo). Tiene un adecuado diseño de producción y fotografía, y algunos sorpresivos efectos especiales vanguardistas para el cine nacional bien utilizados.

Esta es una película sobre la elección de decisiones en la vida, que por más insignificantes que parezcan, tienen consecuencias; sobre el poder de elegir y las modificaciones posteriores que se aparecen cuando eso ocurre, y también, sobre el azar. Deja un mensaje muy lindo y reflexivo, con una idea referente a que no hay preestablecido o preseleccionado algo que determine conductas o actos futuros, que las personas podemos cambiar todo el tiempo y elegir, a veces bien y a veces mal, nuestro destino; que no existe la famosa “suerte” y que eso tiene que ver con creencias populares que continúan con su supuesta existencia. Sumado a que, si intentamos, aunque parezca que hay cierto factor inexplicablemente negativo que amenaza con nunca alcanzarnos nuestros objetivos, podemos lograrlo, y que fallar o equivocarse es parte del intento o del camino a lo que realmente buscamos, como experimentan los protagonistas.

Muy recomendable piedra preciosa argentina, que asombra de lo buenísima que es, lo que al comienzo no parece.

Calificación: 9