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España España · Calafell
Voto de kakihara:
10
Drama. Romance En torno al Pont Neuf, pese a su nombre, el puente más antiguo de París, se desarrolla una fascinante historia de amor entre dos vagabundos: Alex y Michelle. Él es un frustrado artista de circo a causa de su adicción al alcohol, y ella es una pintora que ha sufrido una dolorosa ruptura sentimental y, además, se está quedando ciega. Entre ellos nace un sentimiento cada vez más fuerte de mutua dependencia. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2014
24 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una ocasión, se organizó un cineforum en el cine Christine de Paris, donde asistieron algunas de las personalidades más relevantes que ha dado la Humanidad. El film que se proyectaba, “Los Amantes de Pont-Neuf”, suscitó tantas y tan intensas emociones, que el cine-forum no se llevó a cabo. Los asistentes salieron de la sala, uno a uno, en silencio, interiorizando todo aquello que habían sentido a lo largo de los 125 minutos de metraje. Al cruzar la puerta de salida, empezaron a tener la imperiosa necesidad de expresar sus impresiones más inmediatas:

Marc Chagall: “Amigos míos, el arte es sobretodo un estado del alma, y el alma de Leos Carax está loca de amor”.

Alejandro Dumas: "El arte necesita o soledad, o miseria, o pasión, pero el film de Carax está cargado de las tres: dos míseras almas en pena cuyos caminos se cruzan en un puente en construcción. Uno busca el amor y la otra, huye de él".

Kant: "Y yo que creía que la belleza artística no consistía en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa... Pero tras ver Los Amantes de Pont-Neuf y ver reunidas tal amalgama de cosas feas, me pregunto por qué tengo la sensación de haber presenciado algo tan bello...".

Goethe: "Pues muy sencillo Immanuel: si yo pinto mi perro exactamente como es, naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte; pero Carax logra pintar dos personajes como Alex y Michele, absolutamente únicos e irreconocibles. No conozco a un vagabundo como Alex, y tampoco a una pintora bohemia como Michelle".

George Bernard Shaw: "Pues yo creo que los espejos se emplean para verse la cara, para ver el deambular errático de Alex y Michelle en medio del asfalto parisino teñido de negro y luces de neón; pero el arte se emplea para verse el alma, para escarbar en aquello profundo e inexplicable que los mueve en su paseo nocturno".

Hipócrates de Quios: "La vida es breve, como lo es la de Alex y Michelle; el arte, largo como lo es la huella que deja el film de Carax; la ocasión, fugaz como lo es el danzar de los amantes bajo una explosión de colores o la decisión de saltar a las profundidades del río Sena y elegir entre la muerte y pasar el resto de sus vidas juntos en La Havre. Y todo, en una fracción de segundo".

Helen Rowland: "Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad; a buen seguro, Alex no tiene nada que lamentar".

Pablo Neruda: "En un solo beso de Alex, Michelle descubre todo lo que ha callado; en una sola carrera por la playa, desnudos y alegres como críos, con la flauta de Alex apuntando al cielo, Michelle descubre todo lo que les queda por recorrer".

En ese preciso instante, Nietzsche, el último en salir de la sala, se acerca meditativo al grupo de contertulianos.

Friedrich Nietzsche: (sin mirarlos) "En el amor siempre hay algo de locura, más en la locura siempre hay algo de razón, pero nunca imaginé que en Los Amantes de Pont-Neuf existiera tanto amor, tanta locura, y tanta sinrazón".

Goethe: "Pero amigo Nietzsche, la locura de Alex no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma".

Friedrich Nietzsche: "¿Y a no permitir que Michelle pueda volver a ver, lo llamas razón? ¿A arriesgar su vida arrastrándola al río junto a él, lo llamas razón?
Y que conste que yo no soy, en absoluto, tu amigo..."

Goethe: (tembloroso): Tranquilícese sr. Friedrich, no era mi intención contrariarle.

Nietzsche le propina un fuerte puñetazo a Goethe, que cae inconsciente en la acera del nº 4 de la Rue Christine, a escasos metros del Pont-Neuf. Los carabineros se acercan para dispersar a los intelectuales. Suenan las ambulancias. Nietzsche se escabulle entre la multitud y cruza hacia la otra acera. De pronto, junto al Hotel Relais Christine, Nietzsche presencia cómo un cochero castiga brutalmente a latigazos su caballo. Nietzsche se acerca conmocionado al carruaje y se abraza fuertemente al caballo. Todo el mundo queda atónito ante tan sublime instante. La secuencia resulta del todo emotiva. Los intelectuales empiezan a aplaudir desde el otro lado de la calle. Los carabineros intentan sin éxito calmar la euforia. Goethe, sentado en el suelo y aun sangrando por la nariz, se une a los aplausos. Ahora el que recibe los latigazos es Nietzsche, que resiste, abrazado al caballo.

La escena resulta intensa, loca, absurda, imprevisible y conmovedora. Como lo ha sido la obra maestra de Carax. Como lo es y siempre será, el Séptimo Arte.
kakihara
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