Con un argumento similar al de Alarma en el expreso, la mejor película de la etapa británica de Hitchcock, nos encontramos ante la típica propuesta de cine palomitero que tanto abunda en las salas hoy día. Cualquier parecido con el film de Hitchcock, desde luego, es pura coincidencia. Si bien el trabajo de los actores es bueno, la dirección no acaba de cuajar (los planos son simples y el impacto visual de las escenas es muy poco original) y el guión hace aguas por mor de su inextricabilidad y artificiosidad.