Un hombre aburrido hasta la saciedad, inspector de Hacienda y obsesionado con los números, lleva su vida a rajatabla y todos sus actos están meticulosamente programados por un reloj implacable. Así trascurre su vida, día tras día, mes tras mes, año tras año. Hasta que un día, de forma accidental todo su andamiaje cronométrico se viene a abajo y todo queda trastocado en su miserable vida. En ese momento, una voz en off femenina, engolada y muy literaria comienza a narrar su propia vida. Eso desquicia al pobre hombre, que siente como su vida ya no le pertenece. En realidad, su vida real se mezcla con la vida literaria del protagonista de una novela de una escritora de éxito, de tal modo que no sabemos si el personaje es real o no. Finalmente, el personaje lucha por reconducir y salvar su propia vida en un viaje delirante.
La trama entronca con ese cine difícil y extraño del guionista Charlie Kaufman (Cómo ser John Malkovich, El ladrón de Orquídeas…), un cine explorativo y poco convencional. Visualmente es muy impactante, pues la obsesión pos los números queda reflejada en pantalla de un modo brillante. En definitiva una comedia romántica, poco convencional en las formas, que mereció una mejor suerte.
Para buscadores de joyas extrañas.
Lo mejor: la trama compleja, la comedia ácida.
Lo peor: tiene un pequeño bajón por la mitad, pero acaba recuperándose.
La escena: el tratamiento visual, muy innovador.