Poderío visual en su máximo exponente: más pirotécnia, más acción, pero menos cimientos para todo este increíble y admirable ejercicio de intrépidas acciones que no dan respiro alguno.
Siendo éstas muy logradas y entretenidas se les echa en falta unas bases más orquestadas que les den más sentido, que den más pie para que ocurran.
"Batman begins" está mejor narrada y enlazada (teniendo en cuenta que gran parte de ella transcurre a base de "flash-backs"), en ésta todo va pegando saltos con menos sentido e interés.
También es de destacar la falta de carisma y de lógica interpretativa que en la anterior tenían y aquí no como son en el caso de Michael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman. Sorprendente la actuación de Maggie Gyllenhaal por su falta de adaptación en un papel que parece que se le ha impuesto a la fuerza.
Mención aparte es la meritoria y conseguida interpretación de Aaron Eckhart en un doble papel que consigue dominar notablemente.
Y lo que llama aún más la atención es la falta de protagonismo del héroe de la película, quién queda lamentablemente en un segundo plano, parece que nos encontramos ante una marioneta en manos del malvado de turno, un títere sin cabeza incapaz de hacer valer su condición de superhéroe.
Vale que todo esto es para hacerle renacer de sus cenizas y para finalmente demostrar que la justicía es lo que tiene que prevalecer y que los que tienen que ganar son los buenos y los malos tienen que dejar de imponer sus leyes para que reine la paz.
Pero mientras tanto quedamos totalmente anonadados y estupefactos ante el verdadero protagonista de la película, el precursor del mal más absoluto quién con su verborrea, cierta locura de megalómano y tendencia a la destrucción, a crear un caos temido por toda la ciudad, a conseguir su primer objetivo que es aniquilar a su principal adversario: Batman.
Heath Ledger consigue con su papel de "Joker" arrinconar por completo al de Christian Bale, asume por completo un protagonismo que no se si en principio se le estaba designado.
Inunda por completo la pantalla con su presencia y con un rol muy exigente, el de ser el epicentro absoluto de la película, sobre quién gira por completo el argumento y el que hace y deshace todo lo que ocurre.
De bien seguro que después de esta magnífica interpretación se le va a añorar aún más a este excelente actor australiano.
Recomendable para quedar literalmente aturdidos ante tal avalancha de grandioso espectáculo.