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Países Bajos (Holanda) Países Bajos (Holanda) · la tierra del saludo
Voto de panza:
10
Comedia. Romance. Drama C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
14 de octubre de 2009
182 de 199 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por supuesto que Jack Lemmon y Shirley MacLaine se salen, pero ¿y los secundarios? Y al decir “los” no me refiero a Fred MacMuray, la borracha o el vecino-doctor. Hablo de los OBJETOS, auténticos personajes que dan la puntilla en cada escena y gozan de rol completo.

La BOTELLA DE CHAMPAÑA del boss que se queda sin entrar en el piso y que nos engaña después en una película sobre la que pesa continuamente la sospecha de suicidio. Lemmon abre la puerta y allí está ella, derrochando espuma. ¡Cómo aguanta el plano! No cesa de emanar borbotones con una entereza y unas tablas que ni la Bette Davis.

¿Y qué me dicen de el último FIDEO? ¡Cómo realiza 2 mortales perfectos, para enroscarse en el dedito de Buxter y permanecer enroscado sin despegarse esas centésimas de segundo antes de cortar el plano! Maravilloso. Podríamos hablar también de la cuadratura del círculo de las aceitunas del martini, ¡qué coreografía se montan los PALILLOS!

¿Y el SOMBRERO de gerente? Qué buen compañero de escena para Jack, que hasta las cejas se le ven más gruesas y cambia su aspecto según esté incrustado o suavemente ladeado. Todo gracias al bombín. Y qué bien termina su participación enganchándose a la cabeza del que friega los suelos junto al ascensor. Qué simbólico. Otro pedazo de interpretación es la del BILLETE de 100$. Un papel pequeño, pero brutal, con un registro dramático de primer nivel.

Uno de los mejores secundarios, bordando su papel, es el ABRIGO de la chiquilla del elevador. ¿Cómo puede ser que quitándoselo del mismo modo frente a MacMurray que frente a Lemmon, con uno parezca una fulana y con el otro una señorita entrañable? ¿Cómo puede ser que ese abrigo no estuviese ni tan siquiera nominado al oscar al mejor actor de reparto?

No, no me olvido del ESPEJO y sus quebradas miradas. Ni de la SERVILLETA DE CUADROS ideal para arropar una botella de champaña convertida en pechero, ni por supuesto de la LLAVE, en su papel de vulgar y mísera, tan simple que somos incapaces de distinguirla después con la que abre los lavaderos.

Pero el papelón, PAPELÓN, grande como ninguno, lo realiza el TACO DE CARTAS. ¡Cómo se deja mezclar! ¡Qué elegancia para abrirse en abanico! ¡Cómo resbalan cada uno de sus naipes sobre la mesa rugosa! ¡Qué revés! Impresionante la baraja. Pedazo de actriz.
panza
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