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Voto de panza:
1
2002
2,1
3.587
Documental
Documental sobre la multitudinaria gira de los alumnos de "Operación Triunfo", un exitoso programa español consistente en una academia musical televisada para formar a jóvenes cantantes. Dicho programa obtuvo altísimas cuotas de audiencia en la televisión española, los discos de sus galas se vendieron por cientos de miles y facilitaron -inicialmente- las carreras profesionales de todos sus participantes. Narra la gira veraniega durante ... [+]
13 de mayo de 2009
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongamos que un triunfito te parece entrañable y te apetece hacerle hacerle una carantoña en la barbilla. Según acerques la mano, ¿como reaccionará el triunfito?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se pondrá a cantar pensando que tu mano es un micrófono. Hinchará la garganta en un momento de la canción, se requiera o no, para sacar una voz grave y hacer un gorgorito roncoso, tipo Soul, y se le hinchará a su vez la autoestima en forma de escalofrío mental placentero. Se sentirá lleno, pleno.
Sí señores, a nostros nos engañaron. Pero ellos, estos pequeños seres que andaban perdidos por el mundo sin un mínimo de cultura por el que sentirse satisfechos (el analfabetismo sólo te deja disfrutar de los instintos básicos de la vida, los que poseemos por ser animales), han sido engañados a mayor escala. Sí, ellos están felices. Sonríen como niños y se ponen en fila para hacer un par de coros lamentables. Cuando se duchan pueden encontrar la felicidad absoluta entonando el only you con el bote de gel como micrófono, porque, seamos sinceros, igual que a Freud en cualquier objeto encontraba una forma fálica, los triunfitos en cualquier objeto encuentran una forma microfónica, y cual acto reflejo, desentonan una melodía esperando escuchar los uhuhuhuh tipo americano con los que 4 adolescentes agradeceran tan emocionantes sonidos captados por su oido. Cuando vuelvan a la realidad, más de un triunfito se suicidará.
Ahora una tal Soroya, la que chupa cámara, va a hacer el ridículo en Eurovisión, porque no sabe cantar por sí sola. Repite las lecciones que le daban en la escuela granhermanera. Eso sí, no se arrepentirá de haber ido, y volverá orgullosa pase lo que pase, porque el cariño de España siempre le acompañará. Unos cuantos, entre los que me encuentro, vomitaremos, porque antes o después nos colarán el tinclado en el telediario o vete a saber dónde. Es inútil intentar evitar tan desagradable imagen, no podemos huir, antes o después, repito, habrá que ver el vergonzoso pelo chico de bote de esta mujer y llorar amargamente por la televisión mundial: un mal mucho mayor que el cáncer o el terrorismo, aunque no lo queramos reconocer.
Sí señores, a nostros nos engañaron. Pero ellos, estos pequeños seres que andaban perdidos por el mundo sin un mínimo de cultura por el que sentirse satisfechos (el analfabetismo sólo te deja disfrutar de los instintos básicos de la vida, los que poseemos por ser animales), han sido engañados a mayor escala. Sí, ellos están felices. Sonríen como niños y se ponen en fila para hacer un par de coros lamentables. Cuando se duchan pueden encontrar la felicidad absoluta entonando el only you con el bote de gel como micrófono, porque, seamos sinceros, igual que a Freud en cualquier objeto encontraba una forma fálica, los triunfitos en cualquier objeto encuentran una forma microfónica, y cual acto reflejo, desentonan una melodía esperando escuchar los uhuhuhuh tipo americano con los que 4 adolescentes agradeceran tan emocionantes sonidos captados por su oido. Cuando vuelvan a la realidad, más de un triunfito se suicidará.
Ahora una tal Soroya, la que chupa cámara, va a hacer el ridículo en Eurovisión, porque no sabe cantar por sí sola. Repite las lecciones que le daban en la escuela granhermanera. Eso sí, no se arrepentirá de haber ido, y volverá orgullosa pase lo que pase, porque el cariño de España siempre le acompañará. Unos cuantos, entre los que me encuentro, vomitaremos, porque antes o después nos colarán el tinclado en el telediario o vete a saber dónde. Es inútil intentar evitar tan desagradable imagen, no podemos huir, antes o después, repito, habrá que ver el vergonzoso pelo chico de bote de esta mujer y llorar amargamente por la televisión mundial: un mal mucho mayor que el cáncer o el terrorismo, aunque no lo queramos reconocer.