A pesar de contar con actores reconocidos como Kevin Spacey o Jamie Foxx o incluso Donald Sutherland, la película no sé por dónde cogerla, ni es creíble, ni los guiones son conseguidos, y te pasas 1 hora y 37 minutos deseando que acabe, como me pasó a mí que sólo lo hice porque mi pareja la dio la oportunidad de terminarla.
Te quedas igual que estabas antes de empezarla.
Si no te quieres mucho, la recomiendo, si no, por favor que se la coman los responsables con patatas.