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Voto de DM5CINEMA:
6,8
1.436
Serie de TV. Documental
En este true crime de cuatro episodios, Jon Imanol Sapieha Candela, alias Sapo, narra en primera persona su historia y los pormenores de sus golpes más célebres: los robos en una sucursal bancaria en Yecla y en el domicilio madrileño de Esther Koplowitz- así como su papel en la negociación con los secuestradores del buque Alakrana. El documental muestra también la residencia africana del Sapo e incluye los testimonios de los afectados ... [+]
23 de julio de 2022
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Básicamente prepárate para ver a un mercenario presumiendo de sus logros delictivos en el país sin ley. El tipo habla claro, roba en España porque las condenas son muy laxas.
El resto del documental es él describiendo los robos, la verdad es que más allá de todo, no son ninguna obra de ingeniería, pero dejaré los detalles en los spoilers.
Por último, agregar que como buena obra de Mediaset, en algún lugar tenía que tener la pifia, la miniserie consta de 4 episodios, solo que el 4to y último es un pupurrí de los 3 anteriores que no aporta nada nuevo salvo unos 10 minutos en los que el amigo muestra en que ha invertido todo el dinero que ha robado.
El resto del documental es él describiendo los robos, la verdad es que más allá de todo, no son ninguna obra de ingeniería, pero dejaré los detalles en los spoilers.
Por último, agregar que como buena obra de Mediaset, en algún lugar tenía que tener la pifia, la miniserie consta de 4 episodios, solo que el 4to y último es un pupurrí de los 3 anteriores que no aporta nada nuevo salvo unos 10 minutos en los que el amigo muestra en que ha invertido todo el dinero que ha robado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Bueno, básicamente el tipo se limita a aprovecharse de la mediocridad de nuestro país.
El primer gran golpe lo comete en una sucursal del Banco Popular, donde un montón de clientes se dedicaron a meter dinero en "B" en cajas de seguridad, con lo cual el tipo se lleva una grata sorpresa al ver el botín inesperado que había en el banco. Quien se espere un atraco en plan "Ocean's eleven" va perdido. Básicamente es una caja con una alarma obsoleta y la caja fuerte en el sótano. Un grupo de butroneros hacen un boquete y roban, dejando incluso la perforadora de hormigón en el lugar de los hechos. Para que os hagáis la idea del nivel, uno de los atracadores compró un Ferrari al poco del atraco y se mató probándolo. Y volviendo a la laxitud de nuestro sistema penal, esto no constituyó más que un robo con fuerza a efectos prácticos, sumado a que casi todo el dinero que había era en B y los denunciantes no podían demostrar su origen y que en la clausula de las cajas de seguridad especificaba que no se podía dejar dinero en efectivo...
El segundo caso es el robo en casa de la millonaria por herencia Koplowitz, básicamente entre idas y venidas nos presentan a un guardia jurado que tiene pocas luces y que parece ser que no se acabó de decidir entre dar el golpe o no y al final acabó sin pasta y empapapelado. La señora Koplowitz creía que era buena idea tener cuadros por valor de 200 millones de euros en una casa con una alarma obsoleta, dos guardias de seguridad, y sin cámaras. Una vez más, corruptelas varias, aunque cogen al sujeto, el amigo se sale con la suya y ni cárcel y encima pilla pasta...os acordais lo que comentó de porqué robaba en España, no?
Y el último es el más surrealista, que al final acaba pillando más pasta un mercenario que hace de negociador, con un historial delictivo que tiene el tamaño de una enciclopedia, que las indemnizaciones que recibieron los marineros que estuvieron secuestrados más de un mes...
El documental te deja con el sabor de boca de que en este país más te vale ser un pillo y que no te pillen a ser honrado y pasarte la vida haciendo el pringado.
El primer gran golpe lo comete en una sucursal del Banco Popular, donde un montón de clientes se dedicaron a meter dinero en "B" en cajas de seguridad, con lo cual el tipo se lleva una grata sorpresa al ver el botín inesperado que había en el banco. Quien se espere un atraco en plan "Ocean's eleven" va perdido. Básicamente es una caja con una alarma obsoleta y la caja fuerte en el sótano. Un grupo de butroneros hacen un boquete y roban, dejando incluso la perforadora de hormigón en el lugar de los hechos. Para que os hagáis la idea del nivel, uno de los atracadores compró un Ferrari al poco del atraco y se mató probándolo. Y volviendo a la laxitud de nuestro sistema penal, esto no constituyó más que un robo con fuerza a efectos prácticos, sumado a que casi todo el dinero que había era en B y los denunciantes no podían demostrar su origen y que en la clausula de las cajas de seguridad especificaba que no se podía dejar dinero en efectivo...
El segundo caso es el robo en casa de la millonaria por herencia Koplowitz, básicamente entre idas y venidas nos presentan a un guardia jurado que tiene pocas luces y que parece ser que no se acabó de decidir entre dar el golpe o no y al final acabó sin pasta y empapapelado. La señora Koplowitz creía que era buena idea tener cuadros por valor de 200 millones de euros en una casa con una alarma obsoleta, dos guardias de seguridad, y sin cámaras. Una vez más, corruptelas varias, aunque cogen al sujeto, el amigo se sale con la suya y ni cárcel y encima pilla pasta...os acordais lo que comentó de porqué robaba en España, no?
Y el último es el más surrealista, que al final acaba pillando más pasta un mercenario que hace de negociador, con un historial delictivo que tiene el tamaño de una enciclopedia, que las indemnizaciones que recibieron los marineros que estuvieron secuestrados más de un mes...
El documental te deja con el sabor de boca de que en este país más te vale ser un pillo y que no te pillen a ser honrado y pasarte la vida haciendo el pringado.