Tras ver la nueva adaptación de 2019 de uno de los libros juveniles más influyentes de la literatura universal, uno no puede evitar pensar que la historia necesitaba de tiempo atrás una mano femenina, como suele decirse. Y eso a pasar de los buenos intentos ( buenos y logrados) de Amstrong, y el casi no menos femenino Cukor, sin prescindir del mucho más viril Leroy ( que curiosamente, y a pesar de su carácter personal hizo la versión más tipo postal rosa)

Gerwig a diferencia de sus predecesores, que imbuían a la historia original una visión más femenina que feminista, y más cercana a la de Alcott, aborda el tema con un gran espíritu visionario, casi pionero, teniendo en cuenta el contexto en que se desarrolla el argumento, y echa por tierra la realización vectorial de los anteriores filmes, para jugar con los tiempos, de forma enormemente solvente y atrevida, componiendo una visión mucho más adulta a modo de especie de saga familiar y experiencias de vida.
Cierto que el uso contínuo del Flashback, a veces utilizado de forma casi abrupta, puede llegar a producir cierta confusión en el espectador no avezado en la novela original, o bien que no conozca las anteriores versiones, pero Gerwing utiliza con un gusto excelente, y sin exageraciones el recurso de la colorimetría,usando los valores tonales de la fotografía a modo de inteligente metáfora que sitúa al espectador en el momento y lugar adecuado.

Todo ello se complementa con el buen hacer de cinco excelentes actrices, con especial referencia a Saoirse Ronan, siempre sobria, casi perfecta para el papel de Jo, y de la que Gerwig sabe extraer lo mejor, casi de la misma manera que lo hubiese hecho el propio Cukor.
No se terminan de entender muy bien los exabruptos antifeministas de ciertos colaboradores de la plataforma.¿ Es el protagonismo de las mujeres?, ¿o el derecho a la reivindicación de ser algo más que una comparsa del hombre en un mundo y época que era por cultura, patrimonio de éstos, lo que les molesta? ¿Dónde está la ofensa imperdonable que hace Gerwin a los machos ofendidos de la cultura hispánica? ¿No aparece Friedrich Baher, como un hombre apuesto, de basta cultura, distinción y sensibilidad, digno de ser amado hasta por una mujer como Jo? ¿No se presenta a Theodore Laurie como un muchacho alegre y optimista, asertivo, que es amado por una de las hermanas y querido por todas? ¿No aparece el padre Robert March. como un valiente soldado de la causa anti exclavista y un patriarca lleno de bondad cuya intimidad y amor es deseada por todas sus hijas? ¿No es el anciano vecino abuelo de Laurie, un hombre bueno y generoso? No es Jonh Brooke un hombre de tan excelentes cualidades que puede enamorar a Meg, a pesar de su pobreza? ¿Incluso el editor de libros, no se presenta en la película como un simpático socarrón, tan inteligente como intuitivo?

Más allá de prejuicios inexplicables, una película necesaria para los amantes de la literatura, que esperan del cine buenas adaptaciones.