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España España · valencia
Voto de el feroz:
3
Intriga. Cine negro. Drama Una mañana, Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), después de visitar a su padre en el hospital, encuentra entre unos arbustos una oreja humana. La guarda en una bolsa de papel y la lleva a la comisaría de policía, donde le atiende el detective Williams (George Dickerson), que es vecino suyo. Comienza así una misteriosa intriga que desvelará extraños sucesos acontecidos en una pequeña localidad de Carolina del Norte. (FILMAFFINITY)
14 de febrero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lynch es un director que no sabe salir, ni a palos, de su zona de confort, con excepción quizás de ese extraño "biopic", tan dramático como sugerente que fue "El hombre elefante". ¿Habrá en la riquísima multiplicidad de géneros del séptimo arte, cosecha abonada suficiente para, aunque sólo sea de vez en cuando salir a tomar el aire con algo que huela, aun de lejos a "comercialmente bien hecho? ¿Es algo tan terrible salir de la complacencia del cine "indi (o como coño se le quiera llamar), para hacer un único, "ÚNICO" homenaje al verdadero sentido del espectáculo moderno?

"Terciopelo azul" es un "paquetón sagrado macabeo" condenado por tradición direccional al discurso del tedio y de la intrascendencia. Y es que el thriller, debe ser lo que debe de ser. Confeccionado para distraer y excitar, desnudo de tintes intelectuales, donde la pretenciosidad más efectivista (y visualmente plomiza) campe por sus respetos.

Creado a "marchamartillo", para lucimiento vehicular de su pareja (la Rossellini) "Terciopelo azul" es un verdadero peñazo, en que los actores, incluido un poco eficiente y desperdiciado Dennis Hopper, vagan sin rumbo fijo a través de tonalidades fílmicas, que por su oscuridad se hacen tediosas, para lucro y alegría del "ambigú" (si es que se vio en el cine), toda vez que apenas hay un plano mínimamente aprovechable.

Para disgusto de un espectador, que efectivamente, está deseando salir a fumar constantemente a lo largo del metraje (y no lo hace por no molestar al resto) y que se pregunta (entre ocasionales bostezos) qué puñetas quiere transmitir con "esto" el director, incluyendo lo que quiera que signifique "el payaso color de caramelo", la película transcurre con amodorrante monotomía, impidiendo el sueño plácido con la irritación que produce.

Parta colmo, se culmina el fiasco, con la presencia de de Kyle MacLachan, un actor que por hacer un simil, se asemeja al jugador del patio con el que nadie cuenta en su equipo, y sólo es elegido después de una criba exhaustiva. Enquistado en la más sombría y absoluta planicie interpretativa.

Pretensiones conceptuales de un director con ínfulas de intelectualidad. Una auténtica lata que llega a aburrir incluso a la pantalla en la que se proyecta.

Sólo apta para críticos enfatizados por su orgullo intectual, que conocen su desempeño, y lo cumplen, aún a desgana. El resto de humanos disponibles vayan a la sala de al lado donde se proyecte algo medianamente distraído. Una comedia, artes marciales, o incluso una de Ozores. Será un dinero mejor invertido.
el feroz
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