Tengo una norma que es casi inquebrantable. Cuando en una película en tv o en cualquier plataforma de pago, el título de la misma es leído por una voz en off, huyo como de la peste. Por esto precisamente, resulta aleccionador comprobar que a veces puedes equivocarte, cuando concedes una oportunidad a un director.
Flor del desierto, dirigida por una artífice de claras intenciones (casi podría ser algo así como la Isabel Coixet neoyorkina,) es a pesar de eso, o en este caso, justo por eso, dada la trascendencia feminista de la trama (Tan trascendente como justa) no sólo un ineludible testimonio de denuncia política, sino también un muy buen "biopic", en donde el tema "leiv motiv" es abordado con una gran sensibilidad, que arranca belleza de cada uno de sus planos (Magnífica y muy sensible, que no sensiblera, la incorporación de Liya Kebede, haciendo de Waris, un personaje cargado de no pocos y sugerentes matices.

En contra de la opinión de ciertos críticos, yo si encuentro acertada las abrupta elipsis de la película, toda vez que, se conjugan estupendamente con flashbacks tan acertados como oportunamente insertados, para desgranar, mas que narrar, la historia que hay detrás de las cámaras y los focos de la "New York Fashion Week". Por eso resulta tan demoledor, el regreso de Hormann al "compromiso" frente a una de las mutilaciones más viles que pueda idear un ser humano contra otro, a través de nuevo del Flashback, para irrumpir brutalmente en la preciosa transición de Waris desde crisálida a mariposa, y mostrar sin ambajes el horror humano en ese plano panorámico que se aleja al son de los gritos de la víctima, brutal, casi truculento sin ser explícito, ¿excedido? Tal vez....pero necesario para la comprensión, absolutamente obligatorio para el primer mundo.
Lástima que Hormann, pretenda utilizar ese revelador desenlace, como mero broche final, a modo casi de recurso de película de terror con sorpresa susto final, obviando así lo trascendente para dar más pábulo al aspecto frívolo, y evitando profundizar más en la lucha de la que fue la verdadera Waris, mucho más allá de la "Top" que desfilaba sobre sus tacones de aguja. No obstante sigue siendo un film recomendable.