Lasse Hallström, es sin duda para mí, un auténtico encantador de serpientes, si es que alguien puede entender la extraña analogía. alguien que a través de sus películas es capaz de sacar lo mejor del ser humano, en este caso del espectador: El sentido de la justicia, los sentimientos encontrados, en los que no falta la redención, la compasión y hasta el sentido ecológico, con imágenes tranquilas llenas de candoroso "buenismo", pero sin caer en la trampa de la melosidad excesiva, y con inclusión de desenlaces en donde se conjuga la tristeza con un "un buen rollo" que alucinas. (Hachiko o cascanueces y los cuatro reinos son ejemplos muy claros de ello)

Una vida por delante recoge, en un sencillo argumento, sin demasiadas concesiones al subrayado innecesario, todas estas cosas y junto con ellas todos los ingredientes, trillados hasta la extenuación del drama-trilhler, con ligeras aproximaciones al western, de una forma suave, agradable y muy bien trabajada. ¿Qué puedo decir?. Resulta casi imposible hacer una crítica sin caer en las fauces del subjetivismo, y este tipo de argumemtos son de los que me gustan..y siempre lo han hecho.

Si a ello añadimos la sobriedad de Reford, la belleza de la López, y la acostumbrada y agradabilísima parsimonía filosófica poética de Freeman, siempre adecuado en su papel de buen samaritano-consejero, la película de Hallström se convierte en un muy buen divertimiento y en una más que sabrosa puesta a punto de elementos narrativos vistos ya millones de veces, pero que bien traídos por una mano artesana nunca llegan a cansar. Una grata hora y media de buen cine para irse a la cama con buenas vibraciones, que nunca está de más.