Se dice que "de casta le viene al galgo". Ahí está para demostrarlo la inefable Beeban Kidron, el gurú de los colectivos Gay-feministas por excelencia, para exponer, con meridiana claridad, en la línea de las deliciosas pasteladas "Briggite jones" y, por si a alguien le quedaba alguna duda, lo troglodíticos, estúpidos, impresentables, fachas, y "virtualmente asquerosos" que son-somos todos los hombres. (Excepto cuando nos da la vena "femenina" y adquirimos, por adopción, las maravillosas cualidades que la naturaleza nos negó.

Para abundar en lo dicho, "A Wong Fo.." (Jo..Qué título más enojosamente largo!) no renuncia a ninguno..pero oiga..a ninguno ¿eh? de los clichés aludidos. Desde el mismo momento, que no antes, en que estos tres duros de Holliwood por antonomasia, se disfrazan de adefesios, se produce la magia transformadora, de forma que tres asertivas Drag queens no sólo renunciarán a los malos "humores" de lo masculino, sino que ellas solitas se las apañarán para devolver la felicidad a un pueblo "en pena", en donde no faltan mujeres de deslumbrante inteligencia desaprovechada, e infames Neandertales enfundados en grasientos uniformes de trabajo. Están todos. Desde los brutales jóvenes de la América profunda, cometedores del mayor de los delitos, que es haber nacido con pene, pasando por un policía racista y violador,(del cual, curiosamente, kidron tiene la delicadeza de no mostrarnos sus calzoncillos salpicados de "zurrasposos palominos) hasta el marido maltratador, que por supuesto, será debida y brutalmente aleccionado.

Kidron, sin duda, es una escritora, que nació para servir al estereotipo. El estereotipo del hombre mugroso y maltratador, el estereotipo de lo latino ¿Algún sudamericano se puede haber sentido ofendido por la infumable pantomima verbal de Leguizano? y llegando a rizar el rizo con el estereotipo del estereotipo, porque si el Drag queen es una versión estereotipada de lo femenino, Kidron no se corta un duro al hacer una versión estereotipada de lo drag-queen, lo cual contribuye a desbordar el vaso. Cualquier persona que haya asistido a reuniones de hinchas en un bar, a a conversaciones sorprendidas en una peluquería de señoras, sabe que el ser humano es capaz de lo más luminoso, hasta lo más zafio; verdad absolutamente biológica, aplicable a cualquier criatura de dos patas, con independencia de lo que sea que tenga entre las piernas; un hecho, terriblemente imposible de asumir para las Kindron de este mundo, por más que quede científicamente demostrado.

Lástima, la presencia en esta película, de la maravillosa Stockard Channing, una actriz que se prodiga poco, y que casi justifica la película entera.

De lo demás, poco a reseñar: Si actores como Swayze o Snipes, renuncian a sus eternos papeles de macho, no lo han hecho gratis, sino a cambio de jugosos cachet. (Incluso Schwarzenegger, lo hacía ya con mucha más solvencia en la flojita "junior", renunciando eso sí, a los estereotipos, otra vez con la palabreja, para hacer lo más difícil. Interpretar a una mujer como es) Para lección magistral, sin histrionismos, véase la estupenda incursión en el tema gay-transformismo-transexual que hace nuestro José Luis López Vázquez en la excelente "Mi querida señorita de Jaime de Armiñán.

Podría decir cosas peores, pero como lo cierto es que, hasta cierto punto, la película me hizo pasar un rato distraído (sin más) me abstendré de ello. Para seguidores de Brigitte Jones y sus complejos nunca superados.