Excesiva, intrigante, desmesurada, preciosista, violenta, reiterativa, elegante, cargada, sorprendente, mareante, plomiza y pretenciosa producción que juega con el suspense alrededor de los misterios,mentiras y engaños que se esconden tras diversos personajes.
El director de Malos tiempos en el Royale, hace honor a su título, perdiendo el manejo del tiempo al desarrollar una trama que puede despertar el interés del espectador con facilidad, pero que cae en una trampa que no se sabe muy bien hacía dónde va con todo.
Buena y cuidada ambientación, acompañada por una buena y pegadiza selección musical, creando un estilo propio y bien definido para el conjunto.
Buen reparto ofreciendo unas correctas interpretaciones en una historia con suspense y diversos giros de guion que pueden gustar a algunos espectadores.
A mi me ha tenido interesado por el desarrollo de las situaciones, pero debo decir que me ha resultado muy pretenciosa y que sus responsables han empleado demasiado tiempo para cerrar la historia.No la volveré a ver, porque las sorpresas ya no serán sorpresas.