Arriesgada, fría, llamativa, polémica y convulsa producción revolucionaria, en la que un profesor universitario de origen hispano con ideología liberal, pasa a ser el mediador del conflicto que vive un campus, en el que un grupo de alumnos ha tomado el centro, con la intención de llevar a cabo una serie de reformas educativas.

Stanley Kramer, apuesta por una incursión en un relato básico y polémico, con el que poner en marcha todos sus conocimientos en ambientación para la manipulación social.

La presencia y participación en el proyecto de: Anthony Quinn y Ann-Margret, le da cierta fuerza y repercusión a una producción con evidentes síntomas de telefilm protestante.

La selección del reparto está a la altura del relato y cada uno de los diferentes personajes, presenta claros aspectos definitorios, que hacen comprender e intuir el desarrollo de algunas situaciones.

Los responsables de la película, caen en la reiteración de ideas, haciendo que las revoluciones por minuto, se vean mermadas irremediablemente.

R.P.M. Revoluciones Por Minuto, queda como una polémica producción de denuncia estudiantil, mermada por sus pretensiones.