Recreación del Japón feudal y tiempos de los Samuráis, en un relato de honor, sangre y cruentas batallas a espada, dirigida por la fría y austera mano de su director Takashi Mike.
Cuenta con abundantes dosis de violencia y secuencias que dejan marca, son mostradas con frialdad, mostrando con detalle las consecuencias de la batalla y del abuso de poder.
Posee un ritmo pausado, en el que va presentando a los integrantes que van a participar en una misión casi suicida, en la que el valor, el honor y el manejo de la espada, serán sus armas para enfrentarse a la tiranía.
A pesar del posible entusiasmo y atractivo que suscita inicialmente, el argumento cae en una constante lucha que no deja títere con cabeza, cayendo en el abuso de batallas a espada, siendo estas confusas y reiterativas.
Al final del largo camino y de tanta lucha, uno se queda con una sensación de vacío completa, como si hubiera sido una victoria huérfana, por la que no merecía la pena luchar.