Un joven estudiante se dedica a pasar las horas jugando a un juego que consiste en disparar a sus oponentes en la vida real. Para encaminar su vida, decide hacer un viaje donde conocerá a una misteriosa mujer, que pondrá en riesgo sus vidas.
La historia tiene un comienzo poco prometedor y tarda en desarrollarse, presentando la tradicional trama de adolescentes alocados, cuya mayor entretenimiento es un juego de disparos con bolas de pintura.
Ofrece momentos de comedia y romanticismo, este último punto resulta forzado e incluso precipitado, pero consigue despertar el interés del espectador, que finalmente cae en las redes de una trama de espionaje con un toque juvenil, que depara verdaderas sorpresas y momentos de entretenimiento.
Una vez pasado el bache de la presentación de personajes y de ubicar al protagonista en Berlín, la trama de espionaje se va desvelando paulatinamente, captando la atención del espectador y haciéndolo participe de toda una historia de misterio y espionaje.
Se apoya en un reparto novel, en el que destaca la presencia de la deslumbrante y futura femme fatale Linda Florentino y un joven Anthony Edwards en el papel protagonista, que posteriormente participaría en la famosa serie Urgencias con menos melena.
La trama va ganando interés a medida que se van presentando nuevas situaciones de peligro y suspense, logrando ofrecer una historia de espionaje sencilla y fácil de seguir.
Cuenta con los tradicionales elementos del cine de los años ochenta en el que los protagonistas eran unos jóvenes adolescentes en peligro y se nutre de las canciones de la época.
Ofrece una visión de la situación vivida en aquella época en una Alemania dividida, presentando la capacidad de darle un toque de humor a situaciones que en la realidad fueron verdaderamente dramáticas.
Una más que correcta trama de espionaje que cuenta con las dosis de acción, humor y amor necesarias, para atrapar al espectador y hacer honor a su título, ¡Te pillé!