Sencillo, interesante, pasajero, elegante, ingenioso, llamativo, irregular, mediocre y satisfactorio western clásico en el que un hombre regresa a la tierra que le vio nacer, para recuperar los terrenos de su herencia, apoyándose en la colaboración de un grupo de ocho pistoleros, para ajustar cuentas con los responsables de la traición llevada a cabo,
El marginado, presenta y parte de las premisas habituales del western, abriendo camino para la venganza y las batallas amorosas que se producen por el camino, para lograr ofrecer giros de guion y enfrentamientos armados que resultan ingeniosos y acertados.
Cuenta con un estilo visual elegante y cuidado, con el que se desarrolla una historia interesante y correcta, con la que ofrecer un entretenimiento ligero y pasajero, ideal para una tarde de Domingo.
La película cuenta con diversas escenas irregulares y chapuceras, en la que las armas y las balas, se mueven a la par que las rivalidades de los protagonistas.
Estoy convencido de que El marginado, es una de esas películas que Quentin Tarantino vio en su infancia y que posteriormente, homenajeó de alguna manera.