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Argentina Argentina · S. C. de Bariloche
Voto de Dora:
9
Romance. Drama. Comedia Un hombre y una mujer se conocen por casualidad en el comedor de un romántico hotel. Aunque ambos están casados, al día siguiente despiertan perplejos en la misma cama preguntándose qué les ha pasado. Sin embargo, se citan para el año siguiente en el mismo hotel y en la misma fecha. Adaptación cinematográfica de un previo éxito de Broadway. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título se refiere a los encuentros que Doris y George mantienen una vez por año, desde que se conocieron casualmente. La relación que establecen es singular. Los dos son casados y tienen hijos, situación que no sólo no esconden, sino que es motivo de reflexiones durante sus encuentros cuando alguno de ellos tiene una crisis familiar.
La película cuenta lo que acontece en un lapso de 20 años, desde iniciada la relación. A medida que pasa el tiempo, se observa que Doris va madurando de manera acorde a los años vividos y a los cambios de la sociedad, mientras que George se muestra menos flexible y se resiste a adaptarse a las nuevas circunstancias sociales y familiares. Así, en cada encuentro se desarrollan situaciones humorísticas, charlas profundas y momentos emotivos.
Ellen Burstyn y Alan Alda están maravillosos en sus papeles, siendo no solamente los principales protagonistas de la película, sino que prácticamente son los únicos. Ambos aportan con gran naturalidad el humor, la sensatez y la emoción correspondiente a cada instancia narrativa. La escena en que Alan Alda se pone a tocar el piano frenéticamente, por no poder cumplir una expectativa crucial para él en ese encuentro, es desopilante. Ellen Burstyn logra conmover, y mucho, en su rol de Doris con su empática reaccción ante una circunstancia que afecta el matrimonio de George.
Robert Mulligan vuelve a mostrar sus condiciones como Director y su acierto para la elección del guión y de sus protagonistas, haciéndonos recordar la sencilla profundidad de "Matar un ruiseñor" (1962) y el humor y la ternura de "Verano del 42" (1971). No es casual que estas dos películas, junto a la que estoy comentando, se encuentren entre las que más me han gustado cuando las vi por primera vez y continúen siéndolo al haberlas visto por segunda vez, 58 y 42 años después.
Dora
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