Haz click aquí para copiar la URL
España España · España
Voto de Polimnia:
10
Drama Cuando a Alexander, un escritor griego, le quedan pocos días de vida, necesita resolver un dilema: morir como alguien ajeno a los demás o aprender a amarlos y a comprometerse con ellos. Elegida la segunda vía, lee las cartas de Anna, su esposa fallecida, y cierra su casa en la playa. Un día lluvioso, encuentra a alguien que le ofrece la oportunidad de cumplir su compromiso: un niño albanés al que ayuda a pasar la frontera mientras le ... [+]
22 de julio de 2013
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda, una película compleja, y difícil de abordar. Tiene momentos intensísimos, realmente emocionantes y que llevan a la reflexión.

Maravillosas interpretaciones, las de los protagonistas; así como el tratamiento del tiempo, o, más bien el de la memoria y los recuerdos. Lo que más me ha llamado la atención, es como el protagonista, desde su presente, ya de mayor, ha revivido momentos de su juventud, e incluso, más que revivirlos, los ha continuado allí donde los dejó, especialmente, con su esposa (recuerda al tiempo recobrado, de Proust). ¡La relación amor-ausencia con Anna también es digna de mención!

Porque en esa comunicación, que trasciende tiempo y espacio, y en la que ella no obtiene respuestas (o al menos, no se presentan al espectador las cartas de Alexandros a Anna); parece que la mujer le reproche su ausencia, una falta de existencia, el vivir solamente a través de su obra; e incluso, "resucitar" a la vida común mediante el fogonazo de una palabra desconocida...

Y también es muy curioso que no conozcamos el nombre del niño albano, a pesar de que, en un día, ha calado en la vida del protagonista mucho más que su propia hija y yerno, que aparecen fugazmente y además, para darle malas noticias...

El niño es cierto que es más concepto o idea que personaje, aunque hay cierta individualización, en mi opinión. Porque Alexandros lo salva a él de la redada policial (de acuerdo que se dio la ocasión, pero pasaron mil niños corriendo), y después lo rescata justamente a él de los traficantes... (ya se había encariñado mutuamente). Además, físicamente, creo que es el único niño rubio del grupo, y el más pequeño... (este aspecto también podría responder a una estética buscada).

Una vez más, fantástica fotografía (continua recordándome al Fellini más surrealista) y una destacable banda sonora; aspectos que pueden molestar al lector menos entusiasta de un cine pausado y metafórico, en que se deben desentrañar las metáforas, para alumbrar sugerencias en la misma película, y en toda la obra del director, ya que cada elemento forma parte de un todo, en que toma sentido.

Por la idiosincrasia de los films de este director, se puede llegar a "rellenar huecos" con las propias emociones del espectador, y en varios casos es muy sencillo llegar a una especie de catarsis o "comunión" con el personaje-concepto protagonista (como cuando el niño le sonríe por primera vez, agradeciéndole que le haya rescatado de la redada).

Pero desde luego, lo que más me ha cautivado ha sido el guión, simplemente excelente, plagado de lirismo y sutileza, especialmente las cartas de la esposa, ¡con una plenitud de significados y connotaciones asombrosos!

Además de todas las alusiones literarias (genial la historia del poeta griego-italiano en su labor, que muy bien hubiera podido ser tmb lexicográfica), históricas, crítica social, el tema de la identidad, las relaciones familiares, etc., esta película mantiene bastante conexiones con "Paisaje en la niebla", así como con otras películas de Angelopoulos,definiéndose así, un estilo propio de un director único a tener muy en cuenta.

El primer aspecto que llama la atención es que el protagonista se llama igual que el niño de "Paisaje en la niebla", Alexandros.

El periplo del niño albano se puede comparar al de los hermanos; así como la omnipresente niebla, en la 1a parte de "La eternidad y un día", hasta llegar al verdadero infierno de la frontera. Creo que el niño albano tmb comenta que al escapar de su país, llegó con los demás a una explanada, y pone en relevancia él mismo, que en ese terreno "no había árboles"; como sí lo hay en "Paisaje en la niebla". Vemos así como se oponen las situaciones, los paisajes, todo el simbolismo de estas obras.

En "La eternidad y un día", vuelve a aparecer el puerto; e incluso, los bares de carretera son muy similares a los de la otra película.

Como apunte literario, la metáfora del viaje vuelve a estar presente en esta película, hasta el último fotograma; y extrapolando un poco, me ha recordado al viaje de Ulises, que cree que su vida comenzará al llegar a Ítaca; y no, la vida es el día a día, como acertadamente y bellamente define Anna, cada momento, cada instante es, a la vez, "la eternidad y un día", iluminador oxímoron a tener muy en cuenta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Polimnia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow