Tal vez sea porque hace casi diez años que deje el baile y aún recuerdo todo aquello; tal vez porque, sencillamente, la música de esta película es genial; o tal vez sea porque la historia es realmente brillante, aunque sencilla.

Billy Elliot es un chico de los ochenta que cuenta con un talento innato y, casi diría yo que único, para el baile. Y al contrario de lo que a muchos les puede pasar, el no abandona esa pasión que tiene, sino que la madura, se atreve a ir más allá... No solamente es la historia de un niño en una ciudad venida a menos, sino que es la historia de una superación, de hacer lo que te gusta sin caer en el conformismo, de luchar por lo que realmente quieres ser...

Un peliculón inolvidable.