Siempre me ha gustado la labor de Edward Zwick, es un director que en sus películas se compromete mucho políticamente. Ahora nos narra las hazañas de tres hermanos judíos (Craig, Schreiber y Bell) que durante la II Guerra Mundial se aventuraron a combatir a las fuerzas nazis rescatando a prisioneros judíos que luego protegían hasta llegar a crear toda una comunidad clandestina en los bosques de Bielorrusia.

El mensaje que refleja esencialmente la película es el de la cooperación, la ayuda y el compañerismo. Vemos como hay ciertas personas que deben tener la fortaleza suficiente (en este caso, la de los hermanos) para responsabilizarse de la vida de los demás, que sólo hacen que protestar o que no saben qué hacer si no tienen una figura o un líder que les guie. La cinta en sí es bastante entretenida y amena de ver, sin embargo, hay momentos en que se puede llegar a hacer lenta. No le hubiera venido mal unos cortes de más en la sala de montaje, ya que su duración es tal vez, un poco exagerada para lo que la película trata de demostrar.

Dejando de lado ese aspecto, el resto del conjunto cumple sobradamente. A destacar la siempre eficiente puesta en escena de Zwick y las grandes interpretaciones del trío protagonista, realmente se lucen.