En la actualidad, hay géneros que se encuentran al alza y otros que se encuentran de capa caída, uno de ellos es la comedia. Así que es de agradecer que se nos presente un producto como “Alta fidelidad”, donde la calidad, la frescura y la originalidad van cogidas de la mano.

La película puede resultar ser engañosa en la forma en cómo se presenta, pero no estamos ni mucho menos ante una obra romanticona y empalagosa, sino a todo un derroche de ingeniosidad que ya quisieran tener muchas películas.

Para empezar, su guión, basado en una novela, es soberbio, pocas palabras bastan para describirlo. Sus diálogos, sus situaciones… son toda muestra de calidad exquisita.

Todo el marco en que se sitúa la cinta, con el mundo de la música de por medio aún le otorga un mayor encanto. Por no hablar de John Cusack, un actor que se encuentra entre los mejores del cine actual y donde lo demuestra con creces interpretando a un personaje de lo más atípico.

Todas estas razones, y los divertidos cameos que hay en el film, la hacen una cinta de visión obligada. Es difícil no salir de ver “Alta fidelidad” con una gran sonrisa entre oreja y oreja.