Estamos ante una más que entretenida e interesante película que retrata de forma muy fidenigna el imperialismo americano, en este caso, en la China de 1926.

Cuando me dispuse ver esta cinta, me esperaba asistir a un espectáculo bélico de unas tres horas. Para mi sorpresa, me encontré con un drama donde se trata mucho el choque de culturas y lo que repercute un alzamiento popular en contra del imperialismo al que está sometido. No voy tampoco a decir que la película contenga un mensaje de conciencia social donde los Estados Unidos salgan mal paradados, pero no deja ser ser interesante poder ver las represalias que toman el pueblo chino. La película contiene además a un más que solvente elenco de actores donde destacan Steve McQueen, Richard Attenborough y Richard Crenna, todos ellos muy correctos, además el registro dramático impuesto por McQueen hace que estemos ante uno de sus trabajos interpretativos más notables. También me gustaría destacar la intervención del actor chino que se hace amigo de McQueen, pues el dúo nos ofrece en sus escenas los mejores momentos de la cinta, pues resultan del todo conmovedores.

No obstante, la cinta puede llegar a hacerse un tanto tediosa con, a mi gusto, la innecesária historia de amor entre McQueen y Candice Bergen, que empañan un poco el ritmo de la cinta en su segunda mitad. Tampoco me gustó demasiado la parte final, que no me detendré a detallar, sólo diré que no tiene mucho sentido la actuación de los personajes en que ella intervienen. Aún así, estamos ante un entretenimeinto de gran calidad para cualquier amante del cine dramático y del bélico o para aquellos fanáticos de Steve McQueen, cuyo trabajo en el film es de los más notables y conmovedores de toda su carrera.