Se dice que “39 Escalones” encumbró la etapa británica de Hitchcock, no voy a entrar en disputas al respecto, creo que mi mensaje es aún más significativo. Con “39 Escalones”, Hitchcock fundó y creó un nuevo género, encumbró un tema de lo más atractivo para muchos cinéfilos… y me refiero al espionaje, un tema tan atractivo y con tanto jugo por exprimir que se alzó a ser representado al cine gracias al maestro del suspense, con sus totales repercusiones.

Hitchcok créo con una de sus operas primas, el concepto del McGuffin, como eje conductor de la trama. Dicho concepto creó escuela, y todavía se utiliza. Bien podría definirse como objeto o causa que mueve a los personajes a hacer todo lo que hacen a lo largo del metraje. Hitchcock acuñó el concepto y lo convertiría en la fuente y en el elemento principal de sus films, así como los numerosos films de aventuras y un largo etcétera.

Todo seguidor de Hitchcock sabrá que fue un director muy dado a hacer remakes de sus propias obras, “39 Escalones” no supone tampoco una excepción, pues es la película que precedería a la sobradamente conocida “Con la Muerte en los Talones”. Con este trabajo, el maestro del suspense da sus primeros pasos al suspense propio de su estilo. Nos encontramos con una cinta de 1935 pero que no ha sufrido en absoluto el paso del tiempo, se puede decir sin miedo alguno que es un film contemporáneo, imperecedero, y gracias a su atrayente y dinámico ritmo. No cabe duda que el realizador ya tenía muy firme sus ideas de cómo engendrar un thriller ejemplar, el film tiene un tono contundente y directo, mostrándose totalmente eficaz, con grandes dosis de intriga y de acción, sin olvidar un gran cuidado en sus aspectos técnicos y un titánico esfuerzo por realizar un film que desprenda estilo, con grandes dosis de calidad y de talento en toda su duración.

Toda escena está plagada de ricos matices, con una enorme puesta en escena, sabiendo mantener vivo y atrayente el suspense hasta su desenlace. No únicamente eso, sino que cabe mencionar que su final es resuelto de forma muy ingeniosa, todo lo prometido es resuelto con un desenlace a la altura, completamente racional y lógico, con una buena ejecución de todos sus acontecimientos. Como ya he dicho, no es sólo un ejemplar film de espías, sino que es la obra que engendró el género y que lo adentro en el celuloide. Y estos argumentos ya son razones suficientes para que el trabajo de Alfred Hitchcock permanezca en el recuerdo.