Todo aficionado al cine debería tener una cita obligatoria con “Las Aventuras de Priscilla”, pues pocas veces veremos un film tan fresco, ameno y divertido. La película reúne todas las facetas necesarias para ser una cinta de renombre que con el tiempo se ha ido convirtiendo en una obra de culto.

Si hay algo que no se le puede reprochar a la cinta de Stephan Elliot, es su originalidad y valentía, mostrándonos la complicada vida que deben llevar a cabo las drag Queens, victimas del carácter homofóbico e inculto de la sociedad. La trama trata de cómo tres de ellas deben efectuar un viaje para poder realizar un show para el que han sido contratadas. En su largo viaje, vivirán todo tipo de experiencias, conocerán a gente abominable y gente respetable, y se conocerán mejor a ellas mismas, donde afrontarán con valor y sin ningún tipo de tapujo su condición, sintiéndose orgullosas de ello.

El film ya posee unos cuantos años, y sigue siendo tan fresco como conmovedor, sin haber perdido ningún ápice de calidad. Esto es debido principalmente a su gran guión, plagado de situaciones disparatadas y divertidas, escrito por el mismo realizador, y por unas soberbias actuaciones de su trío protagonista, todos ellos están geniales. Terrence Stamp representa la madurez y el orgullo de aceptarse tal y como es una persona. El personaje de Hugo Weaving representa la inocencia, y se debe enfrentar a aceptarse a ser tal como es sin temer a nada, y sentirse orgulloso de ello. Por otro lado, el personaje de Guy Pearce representa el carácter más extravertido, al igual que cierta inmadurez. Este grupo de personas, que aparte de su condición sexual no tiene nada en común, estrecharán grandes lazos de amistad a través de sus peripecias por el desierto de Australia.

Si a esto le unimos una estupenda banda sonora, que recopila lo mejor de la música disco, junto con un resto de aspectos técnicos como podrían ser su fotografía, y como no, su vestuario, nos encontramos ante toda una rareza del cine, que a su vez, no se me ocurre mayor halago y muestra de cariño para poder describirla. Una cinta valiente y comprometida por un tema del que muchos ignoramos, y que habla de forma irónica sobre la vida. Necesaria, toda una alegoría por la vida y de tirar hacia delante.