Si hay algo excepcional en el cine de Kurosawa es la extraordinaria labor del realizador para renovar cada uno de los géneros que toca. Todo género que trata, ya sea el aventurero, el thriller, el drama o el cine negro quedan impregnados por su maestría y crearon escuela para una futura generación de directores cuyas influencias en el cine del director japonés son del todo visibles.

En el caso que nos ocupa, “Rashomon”, Kurosawa hizo una extraordinaria labor presentándonos una historia de lo más sencilla y simple, como su planteamiento pero embriagado con una maestría increíble gracias a la labor del director en contar su trama, desde varios personajes con el punto de vista de cada uno de ellos.

Este planteamiento hace que el argumento gire en torno siempre hacia la misma situación pero des de perspectivas diferentes, donde hay que desentramar toda la trama fríamente construyendo las piezas adecuadas del puzle que crean cada uno de los personajes que cuentan la misma historia.

Toda esta serie de características hacen de este film como algo único, toda una rareza muy a tener en cuenta donde se muestra la magia del montaje, pues este modelo de film ya ha sido imitado en numerosas ocasiones, pero nunca con la maestría de “Rashomon”.