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España España · Móstoles
Voto de lyncheano:
8
Thriller. Intriga. Drama Francia, siglo XVIII. Adaptación del famoso best-seller de Patrick Süskind. Jean Baptiste Grenouille nació en medio del hedor de los restos de pescado de un mercado y fue abandonado por su madre en la basura. Las autoridades se hicieron cargo de él y lo mandaron a un hospicio. Creció en un ambiente hostil; nadie le quería, porque había en él algo excepcional: carecía por completo de olor. Estaba, sin embargo, dotado de un extraordinario ... [+]
2 de diciembre de 2007
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una película extremadamente sensorial, que transforma felizmente el celuloide en la extensión de nuestra pituitaria, que casi nos hace olfatear sus texturas orgánicas, desde el pescado podrido que hace las veces de primer lecho para el recién nacido Grenouille, hasta las rosas frescas y las dulces ciruelas, desde la hierba húmeda hasta los más sublimes perfumes de la atestada y maloliente París de la época, pasando claro está por el olor de esos cadáveres desnudos de mujer, por el estimulante perfume natural de unos cabellos pelirrojos y unos excitantes hombros salpicados de pecas. La película es una oda a los sentidos, un feliz experimento superado con nota, no apto para narices conservadoras. Desde luego, se trata de una cinta extremadamente sensual, que trata el sexo y los estímulos carnales desde un prisma hasta ahora desconocido en el mundo del cine (por lo arriesgado que resultaba, supongo), contándonos la historia de una persona incapaz de sentir ese placer cerval, natural, básico del ser humano, si no es a través del olfato, del olor, lo que le hace especial, privilegiado por tener la capacidad de alcanzar esa exaltación del placer físico desde una posición más elevada e íntima, próxima a la experiencia divina (algo que queda totalmente demostrado en la sorprendente parte final del film). Así, podemos diferenciar dos temas capitales en esta preciosa obra: por un lado el ansia de posesión del ser humano, la necesidad de preservar aquello que es efímero, sobrepasar las barreras del sexo, que se antoja insuficiente para colmar un ansia de satisfacción (tema puramente cronenbergiano) que solicita tanto una fusión urgente con el arte como una absoluta embriaguez en la belleza sublime de aquello que es perfecto. Por otro lado, se trata la soledad del genio, la incomprensión de aquel que posee un don sobrehumano, algo destinado a los dioses que acaba estigmatizando su naturaleza de ser humano. Grenouille parte con la idea de aprender a extraer y preservar la esencia de las cosas, pero cuando descubre que él mismo carece de olor propio, decide crear el perfume definitivo que defina en sí mismo la esencia de la que él carece.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
lyncheano
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