¿Saben quién es Courtney Solomon? Les encarrilaré... Es el director que tuvo los Santos Huevos de perpetrar 'Dungeons & Dragons'. El currículum era nefasto, pero aún así yo también tuve los Santos Huevos de ir a ver su nueva película. Y, si tomamos como referencia su debut, lo cierto es que el tío ha mejorado. Incluso podríamos decir que ha alcanzado un nivel donde se mueve con cierta dignidad. Con la dignidad que le corresponde a un producto tonto como éste, donde se desperdician cada uno de los nuevos misterios que van surgiendo, pasados por un tamiz pretendidamente moderno (lo cual haya su traducción en mareante simpleza).

Y puede que se pueden ver un par de escenas aceptables, pero no compensan un film monótono, tópico-típico y agotador, de supuesto sorpresón final y con la participación de estrellas que, con su talento, un servidor no entiende que no se dediquen a cosas más provechosas (qué sé yo... pelar uvas).

Como valoración final, cabe destacar que si el amigo Courtney prosigue en esta ascensión, su próxima película hasta merecerá la pena. ¡Ánimo!