En los últimos años hemos vivido una etapa donde la cinematografía y la literatura juvenil de éxito se han dado la mano en numerosas ocasiones. La saga del célebre mago Harry Potter (2001-2011) descubrió el filón que se escondía en dicha unión entre papel y celuloide (primero comercial, luego artística) y desde entonces ha sido explotado sin descanso. Lamentablemente, si bien toda adaptación de este tipo que se precie parte siempre de un firme propósito revienta-taquillas, muy pocas veces le acompaña un propósito artístico o cultural a la altura. Ciertamente, con las ocho películas sobre el mundo de Hogwarts se alcanzó una extraña comunión entre ambas intenciones, donde sus autores aportaban estilo, corazón y conocimiento de causa a la mecánica industrial preestablecida. El que estas líneas escribe aún no ha encontrado rival que pueda medirse a dichas películas, pero después de despropósitos como 'Crepúsculo' o la incomprensiblemente sobrevalorada 'Los Juegos del Hambre', 'El corredor del laberinto' (2014) supone una grata sorpresa en tan fangoso terreno.

Basada en el best seller de James Dashner del 2009, 'El corredor del laberinto' es un peculiar cruce entre 'Perdidos' y 'El señor de las moscas', donde un grupo de chavales se encuentran solos y atrapados en un pequeño terreno rodeado por enormes muros que limitan con un gigantesco laberinto poblado por peligrosas criaturas. Ninguno sabe qué hacen ahí ni quién o por qué les enviaron. La llegada de Thomas al claro lo cambiará todo, y en poco tiempo irán desentrañándose los más oscuros misterios que encierra el laberinto. El arranque del film no podría ser más directo, algo que viendo el alto grado de innecesaria divagación que inunda esta clase de films se agradece, y es cuanto menos sugerente. Lo que viene después es un buen entretenimiento dirigido por un debutante, Wes Ball, que apunta maneras, aportando una dirección sabia y firme que ya se intuía en su interesante cortometraje titulado 'Ruin' del año 2012. El espectáculo ofrecido es suculento, repleto de estímulos y sobresaliente en su apartado técnico y artístico, cualidades que cualquier buen cinéfilo sabrá apreciar en un producto de masas como éste.

Un servidor no puede definir el calibre de la adaptación pues desconoce el material de partida, pero cualquier espectador podrá ser fácilmente embaucado por una serie de misterios que se van tejiendo hábilmente con el transcurrir de los minutos, y se mantendrá gratamente entretenido no sólo gracias a unas muy bien filmadas secuencias de acción, sino también a un desarrollo de personajes, interacciones y conflictos que son presentados con sobriedad e inteligencia a través de una cadenciosa narración. A la credibilidad y fuerza del conjunto ayudan unas muy buenas interpretaciones de todos y cada uno de sus jóvenes actores, lo cual no es (tristemente) tan habitual en películas con adolescentes, y sostienen el peso del drama con incuestionable madurez. En definitiva, un pequeño milagro dentro de la actual corriente teen de cine para consumo masivo. Ya con ser digerible sería todo un hallazgo, pero resulta que es un sólido espectáculo comercial bien escrito y dirigido envuelto en un halo de misterio y dramatismo perenne y muy logrado.

Los únicos aspectos negativos que podrían destacarse son la visualización de los sueños del protagonista, rudamente formularios, y el propio tráiler de la película, que priva al respetable de alguna que otra pequeña sorpresa. Pegas (muy) menores en un conjunto digno y entretenido, eso sí, carente de humor salvo un par de destellos (sobresale uno, hacia el final, que es una ironía muy bien traída). Quizá la resolución del misterio se encuentre con alguna mueca de desaprobación (no por mi parte), pero el camino hasta él es vivamente emocionante y espectacular (cuando toca). La buena noticia es que deja con ganas de saber más, y su secuela será esperada por muchos. No es una sorpresa tan laberíntica como para que quedemos eternamente atrapados en su interior, pero bien vale una oportunidad, especialmente para (re)descubrir de primera mano que siempre hay excepciones en esta vida y que los prejuicios, a veces, están para romperse. Una saga a la que gustosamente un servidor espera regresar (la crítica la ha tratado bien, veremos cómo funciona en taquilla). Una bienvenida sorpresa.

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