El maestro quiso hacer algo distinto y no le fue demasiado bien. Los primeros 45 minutos son faltos de ritmo, sin interés de ningún tipo y donde debería haber jugado un poco más con el "secreto" de la película, que desarrolla en la última hora, donde se atrevió a realizar más movimientos de cámara y ejercicios técnicos para que la película no se hiciera demasiado lenta. Sin embargo se siguen repitiendo las constantes de su filmografía: el falso culpable, el macguffin para ocultar la trama principal (en este caso el falso romance), la mujer atormentada por su pasado....
Todo esto a pesar que contaba con una de las mejores (Ingrid Bergman), que por cierto es uno de los motivos para ver la película (en versión original por favor). Además su presencia va mejorando a lo largo de la película (no se si está hecho a propósito). Joseph Cotten no está demasiado bien a pesar de su talento--no le queda bien el papel de amargado sufridor--, Michael Wilding está correcto como el pariente del gobernador y Margaret Leighton como ama de llaves copiada de Rebeca está por encima de la media en sus papel.
Lo dicho, ideal para los amantes de Ingrid Bergman y para comprobar como a los grandes también se les escapan algunas historias.