Esto es entretenimiento puro y duro, y además, del bueno. Con un ritmo excelente, un guión sencillo aunque imaginativo, buenas interpretaciones y un tema musical de gran pegada, “Los Cazafantasmas” sigue siendo, a día de hoy, una película fresca y divertida, digna de ser tenida en cuenta. Hija de su tiempo, es un paradigma del cine de entretenimiento de los 80 que, sin embargo, puede disfrutarse varias décadas después.

Murray y Weaver están fantásticos. Forman un tándem perfecto como dúo protagónico. No son los más guapos, pero sí muy peculiares, y eso, precisamente, me gusta. Tal cual son, destilan atractivo, simpatía, carisma y sex appeal. El resto del elenco no defrauda. Destacando Dan Aykroyd, más discreto que otras veces, y un Rick Moranis que lo borda haciendo de gilipollas.

Para pasar un rato agradable y divertido entre entes moqueadores, situaciones disparatadas y, cómo no, con la siempre americana misión de salvar al mundo, esta vez, con mucho humor.