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Voto de javierbckwrl:
8
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Serie de TV. Drama
Miniserie de TV de 3 episodios. Adaptación televisiva de la novela homónima de Leopoldo Alas "Clarín", obra maestra del realismo español del siglo XIX. La imaginaria ciudad de Vetusta (Oviedo), símbolo de tradiciones anacrónicas y opresivas, es el reino de una hipocresía y de una intolerancia que hacen irrespirable y trágica la vida de Ana Ozores. (FILMAFFINITY)
24 de agosto de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de la existencia de una adaptación televisiva previa de esta obra homónima del Realismo y cumbre de la literatura española (la segunda en relevancia y magnitud de toda la narrativa de nuestro país en términos históricos, únicamente rebasada por 'Don Quijote de la Mancha'), realizada en 1974, en las postrimerías del franquismo, las limitaciones propias del régimen político que la vio nacer impidieron una plasmación más explícita, nítida, perceptible y diáfana en la pantalla de la amplia gama de matices y contenidos subyacentes en los dos volúmenes que los que consta el argumento de esta pieza única, contrarios al indeclinable rigor de la censura. Por ello, en 1995, se dignó el director Fernando Méndez-Leite en rodar una producción desglosada en diversos capítulos -a modo de teleserie- que la retratara más fielmente a los tiempos más tolerantes y permeables que se respiraban, contando en todo momento con el soporte y la colaboración de TVE, retransmisora de la misma.
Aunque inicialmente se habían concebido diez entregas, el contexto de severa crisis económica padecida en aquellos años la condujeron a sólo tres, con los riesgos que ello comportaba de prescindir y dejar en el tintero aspectos reseñables de la trama, descafeinando finalmente el conjunto resultante de la producción. Sin embargo, una dirección enérgica y encomiable, bien desplegada por Méndez-Leite, un guión convincente y acomodado al léxico de nuestro tiempo, sin, por ello, resultar desmerecedor con respecto a la jerga empleada por el mismísimo Clarín, así como una ambientación y decorado inigualables, que embellecen los parajes más bucólicos y frondosamente incomparables de la ciudad de Oviedo (Vetusta), hacen de esta miniserie una más que elogiable elección por parte del espectador en aras de deleitarse en todo momento con las pinceladas y brochetazos de crítica satírica y de acidez mordaz ejecutada de un modo inteligente por parte de Clarín de las convenciones sociales y hábitos de una ciudad de provincias en la España de la última cuarta parte del siglo XIX, en plena Restauración alfonsina.
En resumen, serial sumamente recomendable para el lector de esta página, fundamentalmente con el propósito de contemplarla tras la lectura preliminar de la novela. Así, y sólo de esta manera, podrás incurrir en el conocimiento más esclarecido de subtramas que en las páginas del libro parecían carentes de interés, cobrando un aliciente adicional y renovado, comprendiendo accesiblemente la obra en su dimensión global, conectando y relacionando, en suma, ideas e imágenes, patrones de personajes de ficción y carices de carne y hueso, elevando a la Regenta a la categoría de, como sostenía un crítico anterior, una producción muy difícil de igualar (continúo en spoiler).
Aunque inicialmente se habían concebido diez entregas, el contexto de severa crisis económica padecida en aquellos años la condujeron a sólo tres, con los riesgos que ello comportaba de prescindir y dejar en el tintero aspectos reseñables de la trama, descafeinando finalmente el conjunto resultante de la producción. Sin embargo, una dirección enérgica y encomiable, bien desplegada por Méndez-Leite, un guión convincente y acomodado al léxico de nuestro tiempo, sin, por ello, resultar desmerecedor con respecto a la jerga empleada por el mismísimo Clarín, así como una ambientación y decorado inigualables, que embellecen los parajes más bucólicos y frondosamente incomparables de la ciudad de Oviedo (Vetusta), hacen de esta miniserie una más que elogiable elección por parte del espectador en aras de deleitarse en todo momento con las pinceladas y brochetazos de crítica satírica y de acidez mordaz ejecutada de un modo inteligente por parte de Clarín de las convenciones sociales y hábitos de una ciudad de provincias en la España de la última cuarta parte del siglo XIX, en plena Restauración alfonsina.
En resumen, serial sumamente recomendable para el lector de esta página, fundamentalmente con el propósito de contemplarla tras la lectura preliminar de la novela. Así, y sólo de esta manera, podrás incurrir en el conocimiento más esclarecido de subtramas que en las páginas del libro parecían carentes de interés, cobrando un aliciente adicional y renovado, comprendiendo accesiblemente la obra en su dimensión global, conectando y relacionando, en suma, ideas e imágenes, patrones de personajes de ficción y carices de carne y hueso, elevando a la Regenta a la categoría de, como sostenía un crítico anterior, una producción muy difícil de igualar (continúo en spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Singularmente destacables son, a nivel escénico, las interpretaciones de Aitana Sánchez- Gijón (Ana Ozores) y de Carmelo Gómez (Fermín de Pas, el Magistral) quienes, a mi juicio -excúsenme si llegaran a discrepar de lo que voy a comentar acto seguido- ambos personifican con maestría excepcional un desparpajo y carisma ciñéndose a sus roles respectivos tales que, en los años sucesivos, no han sabido emular en cuantos filmes o emisiones televisivas han llegado a intervenir desde entonces. En efecto, a partir de ese momento, yo a Aitana (otra de mis actrices predilectas) siempre la he asociado a la Regenta, pareciendo incapaz de exhibir con el mismo acierto facetas ajenas a las de una mujer dulce, ingenua, amistosa, confidente, frágil y entrañable como la de la musa de Clarín. No hablaría de encasillamiento, puesto que su trayectoria se halla plagada de múltiples títulos posteriores acertados (Celos, Yerma, No tengo miedo, Animales heridos; La gata sobre el tejado de cinc caliente, Odiseo y Penélope..., en el teatro...), pero de lo que no cabe duda alguna reside en que, quizá inconscientemente, Aitana perfiló su mejor y más evocado papel a la exigua edad de veintiséis años. Aunque tengo la impresión de que Aitana se halla predestinada para un futuro en el que quizá, ya más madura, consiga sorprendernos a todos con un registro completamente innovador y alejado del drama. Quién sabe. De Carmelo Gómez también se desprende la reflexión efectuada líneas atrás en torno a Aitana.
Héctor Alterio (Víctor Quintanar), convincente, es el que aporta la dosis cómica y surrealista a una atmósfera en la que se vaticina el trasfondo sombrío y la tensión sobrecogedora que late enderredor de 'la ciudad dormida'. ¿Alguien no cree, como yo, que en realidad el único sujeto actuante carente de remordimiento de conciencia alguno en la Regenta, y por ende, el personaje más lúcido y sobrio de todos ellos es Frígilis? Y, sin embargo, uno de los más ridiculizados por sus coetáneos convecinos de Vetusta.
En lo que respecta a Juan Luis Galiardo (Álvaro Mesía), a mí personalmente no me sedujo su embozamiento como galán conquistador, aunque cumple con dignidad su cometido. Aquí se dio a conocer para el gran público la incipiente intérprete Cristina Marcos (la doncella Petra), cuajando una actuación memorable; les rogaría prestaran atención a una secuencia plasmada de modo inmejorable: si tuvieran oportunidad en alguna ocasión de visionarla, reparen en el imborrable punto de inflexión en el que el personaje de Petra se persona en el despacho del Magistral, en el tercer episodio televisivo (capítulo XXIX del libro), para comunicarle a éste personalmente el fatal desenlace de la protagonista: el rictus de Cristina Marcos inmortaliza, actoralmente hablando, como nadie o muy pocos distinguidos la maldad desenmascarada de la condición humana en la jungla de la vida en su afán de supervivencia.
Héctor Alterio (Víctor Quintanar), convincente, es el que aporta la dosis cómica y surrealista a una atmósfera en la que se vaticina el trasfondo sombrío y la tensión sobrecogedora que late enderredor de 'la ciudad dormida'. ¿Alguien no cree, como yo, que en realidad el único sujeto actuante carente de remordimiento de conciencia alguno en la Regenta, y por ende, el personaje más lúcido y sobrio de todos ellos es Frígilis? Y, sin embargo, uno de los más ridiculizados por sus coetáneos convecinos de Vetusta.
En lo que respecta a Juan Luis Galiardo (Álvaro Mesía), a mí personalmente no me sedujo su embozamiento como galán conquistador, aunque cumple con dignidad su cometido. Aquí se dio a conocer para el gran público la incipiente intérprete Cristina Marcos (la doncella Petra), cuajando una actuación memorable; les rogaría prestaran atención a una secuencia plasmada de modo inmejorable: si tuvieran oportunidad en alguna ocasión de visionarla, reparen en el imborrable punto de inflexión en el que el personaje de Petra se persona en el despacho del Magistral, en el tercer episodio televisivo (capítulo XXIX del libro), para comunicarle a éste personalmente el fatal desenlace de la protagonista: el rictus de Cristina Marcos inmortaliza, actoralmente hablando, como nadie o muy pocos distinguidos la maldad desenmascarada de la condición humana en la jungla de la vida en su afán de supervivencia.