En el año 96, y después de varios éxitos en los 80, pero películas pasables en los 90, nadie esperaba mucho de una película con Michael J. Fox.

Y eso, pese a haber protagonizado una gran 'Corazones de Hierro', siendo el contrapunto a un gran Sean Penn.

Quizás por eso esta película me pasó desapercibida al principio, hasta que unos años después la viese casi de casualidad.

Con un guión muy elaborado, entretenido, giros inesperados y humor, el binomio Jackson-Fox consigue no solo entretenernos, sino también ofrecernos un producto de calidad durante casi 2 horas.

Quizás hoy esté un poco castigada, tras ser de esas películas elegidas por algunas cadenas de TV para ponerlas más de una vez al año en las tardes del domingo, y llegar a cansar tanta repetición.
Pero sin duda merece de una buena revisión, sin anuncios, y descubrir lo divertida y buena que es, además de lo bien que ha envejecido la película.